Reflexiones Cristianas

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6. El Salvador compasivo

In 2008 3er Trimestre on agosto 7 , 2008 at 12:53 pm

Versículos de estudio para esta semana, propuestos por el autor de ES: Juan 1:14; Juan 3; Juan 4; Juan 9:1-7; Efesios 4:32; 1 Juan 2:12

1. Alcanzando las masas (Mateo 4:23-25 y Lucas 6:17-19)

«Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a El todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos; y El los sanaba.Y le siguieron grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán» Mateo 4:25 (LBLA – destacado nuestro)

«Descendió con ellos y se detuvo en un lugar llano; y había una gran multitud de sus discípulos, y una gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían ido para oírle y para ser sanados de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos eran curados. Y toda la multitud procuraba tocarle, porque de El salía un poder que a todos sanaba» Lucas 6:17-19 (destacado nuestro)

En el siguiente mapa hemos marcado las zonas geográficas descritas en estos pasajes para que se visualice la extensión de la «fama» y ministerio de Jesús. El mapa se corresponde con la «Palestina» de la época de Jesús. Cuando en Mateo 4:25 se dice que se «extendió su fama por toda Siria», muy probablemente se refiera a toda la «Palestina» de su época. De todas formas, la descripción abarca en extensión, prácticamente a toda ella.

Fuente: Mapas Bíblicos

Los tres motivos por los cuales la gente se acercaba a Jesús, según el propio contexto de los versículos que expresan la extensión de su ministerio, fueron:

1. Para sanación de todo tipo de dolencias y enfermedades (ejemplos: endemoniados, epilépticos y paralíticos que buscaban sanación).
2. Para oírle.
3. Para tocarle y recibir sanación de su poder.

No sólo atendía las necesidades físicas (enfermedades y dolencias), sino también las intelectuales y espirituales, dado que se especifica que algunos iban a «oírle«. En pocas palabras, Jesús SANABA y SALVABA atendiendo las necesidades humanas.

2. Alcanzándome a MÍ

Su toque personal (día lunes), su perdón (día martes), su presencia (día miércoles) y sus enseñanzas (día jueves) son algunas de las formas como Jesús te ha alcansado a ti y a cada uno de nosotros.

Los siguientes textos bíblicos son claves para comprender la esencia del cristianismo:

A) Su toque personal: «Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera» Mateo 11:28-30 (LBLA – destacado nuestro)

Reflexión: Jesús pide que el Hombre se acerque a él, y promete no sólo «no echarle fuera» (Juan 6:37), sino entregar descanso al alma. El término «cansados» (kopiao) se refiere al agotamiento físico, aquel trabajo duro, corporal que requiere grandes esfuerzos. El término «cargados» (phortizo) se refiere a llevar cargas como las que llevan los animales o barcos. Sin embargo, no debemos olvidar que Jesús está utilizando una metáfora. El signo más evidente es que nos ofrece descanso para NUESTRAS ALMAS. Es otras palabras, Jesús está llamando a todos aquellos que se sienten cansados del agotamiento intelectual en la búsqueda de la verdad o de la fatiga que produce el buscar la razón de la existencia. Aquellos que padecen «ansiedad espiritual», y que en dicha búsqueda han pretendido encontrar respuesta «cargando», o incluso, sobrecargándose con ceremonias religiosas, leyes o normas autoimpuestas que jamás ofrecerán el descanso que Él ofrece. Sólo hace falta una cosa para probar su descanso, comprender que Él es necesario y suficiente para descansar.

B) El perdón: «Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación» Lucas 11:4 (LBLA – destacado nuestro)

Reflexión: «a todos los que nos deben«, según el comentario de la VRV 95, es una «expresión usada comúnmente en la cultura hebrea, con el significado de culpas o pecados cometidos (cf. Mt 18:23-25)«. Por otro lado es fácilmente comprensible, dado que la frase comienza pidiendo perdón por «nuestros pecado», por tanto la deuda de aquellos otros debe necesariamente tener relación con ésta. Un cristiano sabe que cuando en secreto pide perdón a Dios por sus pecados, tiene un deber moral de perdonar a sus hermanos las deudas que éstos hayan contraído para consigo. Pero no sólo pide perdón, sino que solicita la capacidad para no volver a «endeudarse». Dice en Lucas «y no nos metas en tentación«, que podría traducirse como «prueba». La palabra en griego para «tentación» es peirasmos. El comentario de la VRV 95 a Mateo 6:13 dice: «No nos metas en tentación: Se pide a Dios que nos libre de aquella prueba o tentación que ponga en peligro nuestra fidelidad a él«.

C) Su presencia: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» Juan 1:14 (LBLA – destacado nuestro)

Reflexión: Este versículo tienen un gran significado. En primer lugar se reconoce la encarnación de Dios o naturaleza humana de Jesús. La palabra «Verbo» (logos) no sólo significa «palabra», «discurso», «mandato», «orden», «enseñanzas», y una gran cantidad de significados en este sentido, sino que también era la expresión griega para referirse a su dios (logos), un dios universal, cósmico e impersonal. Es como si Juan les estuviera diciendo «Aquel logos/Dios (así ellos sabían a qué se refería) se encarnó en Jesús». En segundo lugar, dice que «habitó entre nosotros«. La palabra «habitar» (skenoo) significa «fijar su tabernáculo» o «tienda de campaña». Tal como dice el comentario de la VRV 95 «Se alude así a la presencia de Dios en medio de su pueblo, en el Tabernáculo o santuario del Antiguo Testameno (cf. Ex. 40.34; Ap. 21.3)«. La expresión «gracia y verdad», pueden traducirse como «amor y fidelidad». En pocas palabras, Dios habitó entre nosotros, tal como lo hacía en el antiguo tabernáculo judío. Pero ahora, en lugar de hacerlo en un lugar físico (madera, oro, etc…), lo hizo en un lugar «vivo» y semejante a nosotros: en la carne o propia naturaleza humana. Esto permitió que así como él accedió a nosotros, AHORA nosotros podamos acceder a él, entrando al santuario celestial, frente a su misma presencia, sin ninguna intermediación más que su misma persona (Hebreos 10:18-20)


D) Sus enseñanzas: «Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo: ABRIRE MI BOCA EN PARABOLAS; HABLARE DE COSAS OCULTAS DESDE LA FUNDACION DEL MUNDO» Mateo 13:33-35 (LBLA – destacado nuestro)

Reflexión: Según la versión griega (LXX), Mateo está citando a Salmos 78:2, cuando dice: «En parábolas abriré mi boca; hablaré proverbios de la antigüedad«. Dicho Salmo fue escrito por Asaf, que según 2 Crónicas 29:30, era vidente o profeta. Por tanto, debemos aceptar que Jesús no sólo habló en parábolas como método para llevar las verdades espirituales a todos los hombres, sino que en sí mismo, dicho método es una prueba más de su mesianismo profetizado.

3. Conclusión final

Jesús alcanzó al hombre extendiendo su mensaje por todo el mundo (antiguo y actual): 1) ofreciendo un verdadero descanso al alma; 2) perdonándonos y consecuentemente, enseñándonos a perdonar; 3) Habitando entre nosotros y con nosotros, permitiéndonos tener acceso directo a la presencia de Dios; y 4) enseñándonos con el método profetizado de las parábolas para comprender verdades que sólo se acceden con la honestidad moral e intelectual de reconocer nuestra necesidad del Dios que hemos perdido y que vela por nuestra salvación.

5. Mateo 10: Jesús y sus discípulos

In 2008 3er Trimestre on julio 29 , 2008 at 10:03 am

Versículos propuestos para el estudio de esta semana: Levítico 25:8-54; Mateo 10; Juan 10:10

1. El reino de los cielos se ha acercado (Mateo 10:7)

Gary Krause, autor de este folleto de Escuela Sabática, comprende acertadamente el significado del «reino de los cielos«, cuando dice que:

«El Reino de los cielos era ahora. Ahora la gente podía ver a Jesús, escuchar sus palabras, y aprender los principios sobre los cuales se basan la salvación y el cielo. Ahora podía aprender a seguir su ejemplo de cómo vivir. Ahora podían ver cómo operaban los principios del gobierno de Dios en el vida real. Ahora ellos podían elegir llegara ser parte de ese Reino. Ahora podían recibir las promesas del Espíritu Santo, de la victoria sobre el pecado, de la esperanza de la vida eterna» Domingo, 27 de julio Pág. 36

1.1. ¿Porqué y cómo se «acercó el reino»?

Leyendo el contexto de Mateo 10:7, nos damos cuenta de que Jesús escogiendo a doce discípulos les dio instrucciones (Mateo 10:5) de ir «a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (Vers. 6) predicándoles «El reino de los cielos se ha acercado«.

En otras palabras, los doce debían presentarse ante los judíos que no le reconocían como el Mesías, al igual que lo hizo Jesús mismo (Mateo 15:24), con el mensaje de que el Reino de los cielos se había acercado. Evidentemente, el mensaje del evangelio fue entregado «tanto para judíos como griegos» (Hechos 14:1; Hechos 18:4; Hechos 19:10, 17; Hechos 20:21; Romanos 3:9; 1 Corintios 1:24; 1 Corintios 12:13), pero los judíos eran quienes, en este contexto, esperaban la venida del Mesías y quienes se habían perdido en su propia sabiduría y orgullo. La comprensión del evangelio por parte de estas «ovejas perdidas» era una de las primeras «fases» de la predicación al mundo entero.

«Ovejas perdidas ha venido a ser mi pueblo; sus pastores las han descarriado, haciéndolas vagar por los montes; han andado de monte en collado y han olvidado su lugar de descanso» Jeremías 50:6 (LBLA – destacado nuestro)

Ya hemos visto, en lecciones anteriores, que el mensaje de Juan el Bautista era el del «arrepentimiento» («cambiar la manera de pensar» o «conversión«), «porque el reino de los cielos se ha acercado«, decía el Bautista (Mateo 3:2). Después que Juan fue encarcelado, fue el propio Jesús quien predicaba el evangelio del reino de Dios diciendo «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio» (Marcos 1:14).

Los judíos sabían que había de llegar un reino que jamás sería destruido.

«En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reino, y él permanecerá para siempre» Daniel 2:44 (LBLA – destacado nuestro)

Lucas nos dice que dicho reino será entregado al Hijo del Altísimo, y que «no tendrá fin«.

«Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin» Lucas 1:32-33 (LBLA – destacado nuestro)

Por tanto, los Judíos eran los primeros que debían comprender con claridad que aquel reino indestructible vendría de la mano del Mesías, y que éste era Jesús, quien ahora estaba entre ellos. Por eso, y bajo esta interpretación bíblica, Jesús claramente les explicará QUÉ, o más bien QUIÉN, es el reino de Dios.

«Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, Jesús les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles, ni dirán: «¡Mirad, aquí está!» o: «¡Allí está!» Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está» Lucas 17:20-21 (LBLA – destacado nuestro)

En pocas palabras, la salvación ofrecida en la persona de Jesús representa el reino de Dios acercándose al Hombre.

2. Jesús advierte a los discípulos (Mateo 10:16)

La advertencia de Jesús fue la siguiente:

«Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas» Mateo 10:16

Para comprenderla debemos leer el contexto de dicha advertencia y procurar enlazar las figuras utilizadas con el consejo propiamente dicho que sigue a continuación. Leyendo el contexto y los sinópticos, por tanto, podemos comprender el contexto en el que se encuentra dicha advertencia. Los discípulos…:

1. Serían entregados en los tribunales y azotados en las sinagogas (Mateo 10:17; Marcos 13:9; Lucas 21:12)
2. Serían llevados ante los gobernantes y reyes por causa de Cristo (Mateo 10:18; Marcos 13:9; Lucas 21:12)
3. No debían preocuparse por lo que decir porque el Espíritu de Dios les dirá qué decir (Mateo 10:19-20; Marcos 13:11; Lucas 21:14-15)
4. El evangelio debía predicarse a todas las naciones (Marcos:13:10)
5. Entre vosotros, habrá enemistades familiares que llegarían a la muerte entre padres e hijos (Mateo 10:21; Marcos 13:12; Lucas 21:16)
6. Serían odiados por causa de su nombre (Mateo 10:22; Marcos 13:13; Lucas 21:17)
7. … pero el que persevere hasta el fin, será salvo (Mateo 10:22; Marcos 13:13; Lucas 21:18)
8. Cuando sean perseguidos debían huir a otras ciudades… (Mateo 10:23)
9. «… no terminaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre» (Mateo 10:23)

En pocas palabras, entre la persecución, el odio, las traiciones y la propia muerte (¡incluso por parte de los propios familiares!), los discípulos debían SEGUIR PREDICANDO EL EVANGELIO confiando en Dios, perseverando y despreocuparse incluso de sus propias palabras.

Si como dice Marcos, el evangelio debía predicarse a todas las naciones, y según el contexto indicado la propia vida de lo discípulos estaba en juego, entonces podemos comprender la advertencia de Jesús.

Veamos a continuación las diferentes versiones del versículo, para luego concluir respecto de su posible interpretación contextual.

Pulsa sobre la tabla para verla más grande y legible
Fuente: http://www.biblegateway.com

Se podría decir que, bajo el contexto indicado, Jesús podría estar diciéndonos lo siguiente:

«Mirad, soy consciente que os estoy enviando a una`boca de lobos´. Ellos (reyes, gobernantes e incluso algunos familiares), a quienes es necesario que entreguen también el mensaje del evangelio con vuestro testimonio, os perseguirán e incluso procurarán quitarles la vida. Pero el evangelio debe ser predicado a todas las naciones; por tanto, sed astutos como las serpientes (estad atentos, no os dejéis engañar, al más mínimo movimiento del enemigo si es necesario escondeos, actuad hábilmente cuando estéis en peligro), pero también sed inocentes o humildes como las palomas (no agredáis a vuestro enemigo, no intentéis hacer justicia por vuestra propia mano, permitid que Dios, y el Espíritu Santo os guíen, y confíen el Él, de lo contrario no estaréis dando testimonio)«

3. Sanación y Salvación (Mateo 10:7-8)

Seguidamente al mensaje de «El reino de los cielos se ha acercado», Jesús les dice a los discípulos:

«Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia» Mateo 10:7-8 (LBLA – destacado nuestro)

En realidad, el sanar, resucitar, limpiar y expulsar, forman parte del «acercamiento del reino«. Cuando Jesús cogió las Escrituras e hizo suyas las palabras de Isaías 42:7; 49:9; 61:1-2 y 58:6, estaba no sólo diciendo que Él era el Mesías, sino que Él estaba acercando el reino de los cielos al Hombre, y su gracia se manifestaba, no sólo en la salvación, sino también en la salud.

De hecho una de las palabras griegas σωτηρια (soteria), se traduce tanto como salvación o salud. Según el Diccionario expositivo de palabras del antiguo y del nuevo testamento exhaustivo, de W.E. Vine, las dos primeras acepciones al término «salvación» se corresponde con la «liberación material» y «liberación espiritual«:

«1. soteria (σωτηρια, 4991), denota liberación, preservación, salvación. La salvación se usa en el NT: (a) de liberación material y temporal de peligros y aprehensión: (1) nacional (Lc. 1:69: «cuerno de salvación», RV; RVR traduce «poderoso Salvador»; v. 71; Hch 7:25: «libertad», RVR; RV: «salud»); (2) personal, como del mar (Hch 27:34: «salud», RV, RVR); de la cárcel (Flp 1:19: «liberación»; RV: «salud»; del diluvio (Heb 11:7: «que su casa se salvase», RV, RVR; VM: «la salvación de su casa»); (b) de la liberación espiritual y eterna concedida inmediatamente por Dios a aquellos que aceptan sus condiciones de arrepentimiento y fe en el Señor Jesús, en quien únicamente se puede obtener (…)»

4. Conclusión

El Reino de los cielos se acercó al Hombre cuando Jesús se encarnó e hizo accesible la salvación material y espiritual atendiendo TODAS las necesidades humanas (cumpliendo de esta manera, no bajo un poder humano o político, la función principal de su reino). Su atención espiritual y material fue, a la vez, la comisión que pidió cumplieran sus discípulos, en primer lugar a los Judíos (dado que eran quienes se habían perdido, y esperaban al Mesías), pero con extensión a todos los hombre (judíos y griegos). Para ello, los discípulos, debían ser «astutos como serpientes» e «inocentes o humildes como palomas» porque el peligro de su comisión ponía en riesgo no sólo sus vidas, sino la predicación del evangelio (incluido el testimonio hacia los «enemigos»).

Desde entonces dicho reino es una realidad PRESENTE para todo cristiano, teniendo al alcance de su mano la salvación por gracia a través de la fe en Jesús.

3. Juan el Bautista: Prepara el camino para Jesús

In 2008 3er Trimestre on julio 17 , 2008 at 1:58 pm

extos de estudio para esta semana: Mateo 14:1-12; Lucas 1; Colosenses 2:8; Apocalipsis 14:6-12

1. Predicción de Juan el Bautista (predestinar Vs predeterminar)

¿Estaba Juan el Bautista predestinado y/o predeterminado para ser lo que fue?

Para responder a esta pregunta les ofrecemos un análisis general sobre la «predestinación y predeterminación» que hemos realizado hace algún tiempo: PULSE AQUÍ.

Una vez comprendido que Dios no «predetermina», sino que «predestina para salvación», y que dicha predestinación (voluntad divina) incluye la otra parte de voluntad humana, ofrecemos, a continuación, un texto que muestra cómo dichas voluntades (divina y humana) estaban unidas al llamado de Juan el Bautista.

1.1. Petición del sacerdote Zacarías, padre de Juan el Bautista

El primer argumento lo encontramos en Lucas 1:13 y 14.

«Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento» Lucas 1:13-14 (LBLA – destacado nuestro)

Aunque no se especifica el contenido de la petición de Zacarías, resulta evidente que el hecho de que su mujer, Elisabet, daría a luz a Juan el Bautista responde en primera instancia a la voluntad de sus padres (petición que han encomendado a Dios), y que está relacionada, vinculada o utilizada, por la voluntad divina (ver versículos siguiente).

«Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. E irá delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto» Lucas 1:15-17 (LBLA – destacado nuestro)


1.2. El niño crecía y se fortalecía, y Dios se manifiesta

El segundo argumento puede desprenderse de dos versículos concretos.

«Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel» Lucas 1:80 (LBLA – destacado nuestro)

«durante el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados» Lucas 3:2-3 (LBLA – destacado nuestro)

Tanto el crecer, como el fortalecerse, y responder a la palabra de Dios, son acciones que contienen en sí misma la voluntad humana como respuesta en una dirección concreta. Evidentemente Juan podría haberse negado, o haber rechazado tanto su llamado como su voluntad de crecer y fortalecerse en espíritu.

Una muestra de libre albedrío en esta historia, puede encontrarse en la reacción de Zacarías frente al ángel Gabriel, cuando éste le comunica que su esposa dará a luz a Juan el Bautista, y Zacarías responde con desconfianza, quedando por ello mudo, hasta que todo acontezca.

«Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada. Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo» Lucas 1:18-20 (LBLA – destacado nuestro)


1.3. Conclusión sobre la predestinación o predeterminación en Juan el Bautista

Teniendo en cuenta el contexto bíblico general sobre la predestinación y predeterminación, y el contexto específico de la historia de Juan el Bautista, no existe ningún tipo de evidencia que demuestre que Juan el Bautista estuviera «obligado» o «predeterminado» a seguir el llamamiento divino.

2. Juan el Bautista era el «Elías» esperado por los judíos

Elías, fue un profeta que vivió en tiempos del rey Acab (1 R 17-2 R 2). La creencia judía de la época consistía en esperar su regreso, que anunciaría la llegada del día del Señor (Mal 4.5-6).

He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición” (LBLA – destacado nuestro).

Esta idea judía era correcta, sin embargo, no sólo confundieron a Juan el Bautista con Jesús (Juan 7:40-41), sino que tampoco lo reconocieron, ni a Juan el Bautista, como el «Elías», ni a Jesús como el Mesías (Mateo 17:10-12).

Es decir, el “Elías” que anunciaría la llegada del “día del Señor”, se cumplió en la persona de Juan el Bautista. Este hecho queda registrado en las Escrituras por las propias palabras de Jesús, quien clarifica toda esta confusión:

Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero? Y respondiendo El, dijo: Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas; pero yo os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.” Mateo 17:10-12 (LBLA – destacado nuestro)

Jesús, por tanto, identifica a Elías (aquel Profeta esperado por los Judías antes de la venida del Mesías) con Juan el Bautista y, mientras que Juan el Bautista anunciaba la venida del Hijo de Dios, los judíos rechazarían a uno y a otro. Por eso no es de extrañar que tanto Juan el Bautista (Mateo 14:1-12), como Jesús, terminaran sacrificados.

3. ¿Qué relación existe entre el mensaje de Elías, Juan el Bautista y el tercer ángel de Apocalipsis?

Lo cierto es que la Biblia hace una comparación directa entre «Elías» y Juan el Bautista, tal como ya hemos comentado en el epígrafe 2.

Lucas 1:17 lo dice explícitamente:

«E irá (Juan el Bautista) delante de El en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto» Lucas 1:17 (LBLA – destacado nuestro. En mayúsculas la referencia a Mal 4.5-6)

El mensaje de Juan el Bautista para conseguir «volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos» era la predicación del «bautismo del arrepentimiento» (Lucas 3:3; Marcos 1:4-5) para perdón de los pecados (tal como dijera Isaías 40:3-5).

Tal como dice la VRV 95:

«De arrepentimiento: La palabra griega traducida aquí por arrepentimiento (metanoia), significa cambiar de actitud y convertirse a Dios» Nota al versículo Marcos 1:4 (destacado nuestro)

No existe duda respecto de la relación directa del mensaje de Elías y Juan el Bautista, ambos fueron LLAMADOS a predicar el arrepentimiento, un cambio de actitud, y en definitiva una verdadera conversión.

Ahora bien, ¿qué se dice sobre el mensaje del tercer ángel (Apocalipsis 14:6-13) y Juan el Bautista o Elías?

En realidad, todo el mensaje, en su conjunto, de los tres ángeles, es un llamado a honrar y alabar a Dios, quien juzgará al mundo» (vers. 6); reconocer a los dioses falsos que han enseñado a pecar y a desobedecer a Dios (Vers. 8), y abandonar la idolatría y no dejarse engañar por dichos dioses. De lo contrario el juicio caerá tambien sobre sus adoradores (vers. 9).

Dicho en términos positivos, los tres ángeles nos invitan, tal como dice la Biblia en Lenguaje Sencillo:

«El pueblo de Dios debe aprender a soportar con fortaleza las dificultades y los sufrimientos. También debe obedecer los mandatos de Dios y seguir confiando en Jesús. Entonces oí una voz del cielo que me decía: «Escribe esto: «¡Dios bendecirá a los que de ahora en adelante mueran unidos al Señor Jesucristo!» «Y el Espíritu de Dios dice: «Así es, porque ellos descansarán de todos sus sufrimientos y dificultades, pues Dios los premiará por todo el bien que han hecho«. Apocalipsis 14:12-13 (BLS – destacado nuestro)

Por tanto, bíblicamente, no existe una relación directa entre Elías y Juan el Bautista con el mensaje de los tres ángeles (ni con el tercero específicamente), sino que su relación es indirecta, y se asemeja sólo en cuanto al contenido.

El problema de esta «relación» radica en deducir, apresuradamente, de que como Elías y Juan el Bautista fueron LLAMADOS, de la misma manera, aquellos tres ángeles se podrían corresponder con una institución o persona CONCRETA (con nombre y apellido), llamada para tal fin. En este sentido, podemos aceptar que el mensaje de los tres ángeles (en su conjunto) es un mensaje de reconciliación (al igual que el de Juan el Bautista y Elías), pero no podemos hacer una comparación directa, dado que, de hacerlo, podrían resultar desviaciones teológicas graves respecto del mensaje bíblico de Apocalipsis.

2. «Todas las cosas a todos los hombres»: Pablo predica al mundo

In 2008 3er Trimestre on julio 10 , 2008 at 12:55 pm

Versículos de estudio propuestos por el autor de Escuela Sabática para esta semana: Hechos 11:19-26; 13:16-42; 17:18-34

1. Se anima a Pablo para la misión

Al principio, Pablo trataba de juntarse con los demás discípulos de Cristo, pero la Biblia dice que estos le «temían (…) no creyendo que era discípulo«.

«Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; y todos le temían, no creyendo que era discípulo. Pero Bernabé lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, y que El le había hablado, y cómo en Damasco había hablado con valor en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos moviéndose libremente en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señor» Hechos 9:26-28 (LBLA – destacado nuestro)

Repasando la historia de Saulo de Tarso, resulta comprensible que los discípulos dudaran de su discipulado. Aquel hombre, hacía poco, había presenciado el apedreamiento de Esteban (Hechos 7:58), además de haber sido un reconocido perseguidor de la Iglesia de Cristo.

Sin embargo, Bernabé, que era solidario (Hechos 4:36, 37), comprensivo (Hechos 9:26, 27), que poseía del espíritu de la exhortación (Hechos 11:23), confiable (Hechos 11:29, 30) y de influencia inspiradora (Hechos 11:25, 26) lo presentó a Pablo, y les explicó porqué también debía ser considerado apóstol de Jesucristo.

Esto permitió, tal como dice la Biblia, a Pablo «estar con ellos, moviéndose libremente en Jerusalén», o como dice la VRV95 «Y estaba con ellos en Jerusalén; entraba y salía» (Hechos 9:28).

Sin embargo, Pablo deberá defender su ministerio en otras ocasiones (1 Corintios 9)

2. Todos para todos

Es precisamente, después de dicha defensa (1 Corintios 9:1-18) cuando Pablo manifiesta su «celo evangelizador» (según LBLA) en 1 Corintios 9:19-23

¿Cómo debemos interpretar el versículo 1 Corintios 9:22 en dicho contexto?

«A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos» (LBLA – destacado nuestro)


2.1. Análisis del contexto

El versículo se encuentra en este contexto:

«Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a mayor número. A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley. A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe (otras versiones traducen «copartícipe» )de él» 1 Corintios 9:19-23 (LBLA – destacado nuestro)

El mensaje de Pablo es muy claro, y no requiere de grandes investigaciones para llegar a su correcta comprensión. Lo sintetizamos en la siguiente tabla.

La tabla nos permite visualizar los distintos destinos del evangelio (judíos, los que están bajo la ley, los que están sin ley, los débiles, etc… «todos»), un mismo método para llegar a ellos (hacerse como), y un mismo objetivo, ganarlos para la salvación.

La síntesis de dicha explicación se encuentra incluida en el primer y último versículos citados, es decir, 1 Corintios 9:19 y 23.

«Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a mayor número (…) Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él«


2.2. Conclusión

La conclusión puede extraerse de estos dos versículo (19, 23), y lo expresamos de la siguiente manera.

Pablo siendo libre de todos, porque entre cristianos no existen poderes coactivos entre unos y otros (Mateo 20:25-26), se hace «esclavo» (siervo) de todos (judíos, los que están bajo la ley, los que están sin ley, los débiles, etc…), y lo hace PONIÉNDOSE EN SUS LUGAREScomo si fuera….«), para llevarlos a la salvación. Todo esto lo hace por amor del evangelio, y para poder sentirse copartícipe del mismo en la vida de cada una de dichas personas.

Por tanto, la clave está en la EMPATÍA, y que la RAE define como, «Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro» (destacado nuestro)

Pablo nos presenta, en estos versículo, la clave del método de predicación del evangelio de Cristo. Cristo se hizo hombre para salvarnos, y Pablo se «hace como el otro» para el mismo fin. Sin comprensión mental y afectiva, sin la capacidad de sentir como siente el otro, muy difícilmente el evangelio llegue a destino. Y la única forma de ser verdaderamente empáticos con el otro, es sirviendo, o en palabras de Pablo, haciéndonos esclavos de aquellos.

3. Un ejemplo de empatía mental y afectiva (Hechos 17:18-34)

En Hechos 17:18-34, tenemos un ejemplo de práctico del método paulino de evangelización.

En este caso, Pablo discute con algunos filósofos epicúreos y estoicos (Hechos 17:18), que eran las dos principales corrientes filosóficas y éticas de la época. Éstos le tildaban a Pablo de «palabrero» (charlatán) y «predicador de nuevos dioses» (Hechos 17:18). La razón principal, según el versículo, era porque Pablo predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección (Vers. 18)

3.1. Epicúreos y estoicos, problemas con la resurrección

El problema estaba principalmente con la RESURRECCIÓN.

Para los epicúreos:

«La finalidad de la filosofía de Epicuro no era teórica, sino más bien práctica. Buscaba sobre todo a procurar el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte quedaran definitivamente eliminados. Para ello se fundamentaba en una teoría del conocimiento empirista, en una física atomista inspirada en las doctrinas de Leucipo y Demócrito, y en una ética hedonista. (…) El hombre debía rechazar la enseñanza de miedos y supersticiones. No había motivo para temer a los dioses porque estos, si bien existen, no pueden relacionarse con nosotros ni para ayudar ni para castigar, y por tanto ni su temor ni su rezo o veneración posee utilidad práctica. La muerte tampoco puede temerse, porque siendo nada, no puede ser algo para nosotros: mientras vivimos no está presente y cuando está presente nosotros no estamos ya. El dolor y el mal se evitan fácilmente porque ningún tormento dura demasiado y cuanto más intenso es menos dura«. Epicureísmo. (2008, 31) de mayo. Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 22:30, julio 9, 2008 from http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Epicure%C3%ADsmo&oldid=17821323 (destacado nuestro).

De esta manera, los epicúreos no aceptaban que la intervención divina pudiera atender las necesidades humanas (tal como predicaba Pablo, según la muerte y resurrección de Jesús).

Por su parte, los estoicos decían que:

«La razón de los hombres se consideraba también parte integrante del logos divino e inmortal. La doctrina estoica que consideraba esencial cada persona como parte de Dios y miembro de una familia universal ayudó a romper barreras regionales, sociales y raciales, y preparar el camino para la propagación de una religión universal» (…) «La teología estoica es panteísta: no hay un Dios fuera de la naturaleza o del mundo; es el mismo mundo en su totalidad el que es divino, lo que justifica que la creencia en los dioses, pese a su heterogeneidad, sea universal«. Estoicismo. (2008, 24) de junio. Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 22:31, julio 9, 2008 from http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Estoicismo&oldid=18362837. (destacado nuestro)

Esto les llevaba a creer en la inmortalidad del alma (adoptaban la filosofía de Heráclito del «eterno cambio» regido bajo la ley del logos universal) rechazando, a su vez, la posibilidad de la resurrección (desde este punto de vista esencialmente innecesaria).

Por tanto, epicúreos y estoicos tenían graves problemas filosóficos, teóricos y prácticos (es decir, toda una cosmovisión particular) para comprender y aceptar la muerte expiatoria de Cristo, su resurrección, y de la de sus seguidores. Es decir, eran incapaces de comprender a la divinidad atendiendo la necesidad primaria del hombre (la muerte), encarnándose como uno de ellos, muriendo y resucitando para ofrecer ayuda a todo creyente que quiera vida eterna (salvación).

3.2. El método paulino para llegar a los epicúreos y estoicos

Por lo antedicho, estos filósofos tomaron a Pablo y lo llevaron hasta el Areópago. La VRV 95 dice que el Areópago era un «término que significa colina de Ares (nombre griego del dios de la guerra, llamado Marte entre los romanos). En la colina de este nombre se reunía, en sus inicios, el consejo de Atenas; después, el nombre se aplicó al consejo mismo, que en tiempos de Pablo probablemente celebraba sus sesiones en un edificio junto a la plaza principal» (destacado nuestro).

Fíjense, sin embargo, que aunque dichos filósofos discutían con Pablo, parecen tener un verdadero interés por conocer aquellas «cosas extrañas» que Pablo enseñaba (sobre todo ver versículo 21), aunque sólo sea por la novedad o curiosidad del tema.

«Lo tomaron y lo trajeron al Areópago, diciendo: —¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?, pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oir algo nuevo.)» Hechos 17:19-21 (LBLA – destacado nuestro)

Es entonces, cuando Pablo les enseña y persuade de la siguiente manera.

1. Reconoce la religiosidad de los filósofos (Hechos 17:22). Aunque, también es posible pensar que Pablo está siendo irónico, dado que algunos traducen, en lugar de «religiosos», «supersticiosos» (aunque, como dice la VRV 95, esto es muy poco probable).

2. Utilizó parte de sus declaraciones «Al dios no conocido» (que se hallaba en uno de sus santuarios) como «evidencia» de su enseñanza (Vers. 23). Lo mismo haría Juan cuando habla de Jesús como el «logos«, que no era ni más ni menos que aquella fuerza cósmica universal que todo lo sostiene (es decir, el dios griego de la época).

3. Luego enseña que: A) Dios es creador de todas las cosas (Vers 24); B) Dios da vida y aliento a todas esas cosas (Vers 25); C) Reconoce el origen único y singular de la especie humana. Fíjense que de esta manera, Pablo está oponiéndose a la idea de un dios cósmico, inaccesible para el hombre y la idea del «eterno retorno» de los acontecimientos (Vers. 24-27)

4. Estas «nuevas» enseñanzas, para los filósofos, son además fundamentadas citando al poema «Fenómenos«, del poeta Arato (siglo III a.C.), cuando dice «Porque linaje suyo somos» (Vers. 28).

5. Entonces, Pablo sigue con la enseñanza diciendo que: A) Somos linaje de Dios; B) Y nos manda al arrepentimiento; C) Juzgará al mundo con justicia a través de Cristo (a quien designó), y acreditado por su resurrección. (Vers. 29-31)

Llegado a este punto, cuando los filósofos escucharon la enseñanza de la resurrección (recordad el epígrafe anterior) «unos se burlaban y otros decían `ya te oiremos acerca de esto otra vez´» (Vers. 32).

Es cuando Pablo los abandona (Vers. 33), pero dejando una semilla que trajo sus frutos, dado que Dionisio el areopagita y una mujer llamada Dámaris (y otros con ellos) CREYERON (Vers. 34).

3.3. Conclusión sobre el método paulino de evangelización

Pablo era conocedor de la filosofía y/o teología de sus oyentes. Sabía cuáles eran los puntos en común entre las enseñanzas de ellos y la suya. Utilizó dichos puntos para hacerles reflexionar sobre una verdad que ellos jamás podrían aceptar, salvo basada en sus correctas posturas, y consiguió que algunos de ellos comprendieran la verdad sobre la resurrección, y con ello, la aceptación de Jesús como el Hijo de Dios, y salvador del mundo.

11. El poder de su resurrección

In 2008 2do Trimestre on junio 9 , 2008 at 2:04 pm

Al igual que la semana pasada, y dado que ya hemos comentado el elemental significado de la muerte de Jesús, esta semana centraremos nuestro estudio en el significado pleno de su resurrección. De igual manera, no seguiremos los temas diarios de la lección, sino que haremos una explicación global y temática sobre la resurrección de Jesús.


1. INTRODUCCIÓN

La resurrección de Jesús es uno de los pilares fundamental del cristianismo, y de nuestra esperanza hoy día. El mensaje de Pablo en 1 Corintios 15 es aún actual, y fundamental para todo cristiano. Es por ello, que dejaremos, en esta lección, que la Biblia nos hable por sí misma, procurando con ello que no exista la más mínima duda respecto de la resurrección de Cristo y de los muertos, dado que, como veremos a continuación, en ella se sustenta el corazón de la fe cristiana.

Nuestro objetivo es llegar a comprender las palabras de Pablo cuando dijo que…:

«y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe.» 1 Corintios 15:14 (LBLA – destacado nuestro)

¿Qué implicaciones contiene la resurrección de Jesús para que Pablo diga esto?

2. La resurrección PROFETIZADA

Jesús profetizó su propia resurrección. La misma era una profecía no condicional, dado que una vez muerto debía, según sus propias palabras, resucitar al tercer día. Es por ello que los principales sacerdotes y fariseos, temiendo una simulación de su resurrección, se presentaron ante Pilato para pedirle que asegure el sepulcro de Jesús alegando que «el primer engaño» (es decir, que era el Hijo de Dios) podría ser aún menor al que ocurriría bajo la simulación de su resurrección. Está registrado en Mateo 27:62-65:

«Al día siguiente, que es el día después de la preparación, se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los fariseos, y le dijeron: Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: «Después de tres días resucitaré.» Por eso, ordena que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se lo roben, y digan al pueblo: «Ha resucitado de entre los muertos»; y el último engaño será peor que el primero. Pilato les dijo: Una guardia tenéis; id, aseguradla como vosotros sabéis» (destacado nuestro)

Lo que no percibieron los fariseos y sacerdotes, era que si Jesús resucitaba aún con la custodia de los soldados, sus palabras cobrarían aún más fuerza y veracidad. Si Jesús resucitaba, por tanto, no sólo habría cumplido su palabra (profecía), sino que demostraría que verdaderamente era el Hijo de Dios.

A continuación exponemos los principales versículos bíblicos sobre la resurrección profetizada de Jesús.

«Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día» Mateo 16:21 (LBLA – destacado nuestro)

«Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Y le matarán, y al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron mucho«. Mateo 17:22-23 (LBLA – destacado nuestro)

«He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para burlarse de El, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará«. Mateo 20:18-19 (LBLA – destacado nuestro)

«Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía padecer muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y después de tres días resucitar.» Marcos 8:31 (LBLA – destacado nuestro)

«Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará» Marcos 9:31 (LBLA – destacado nuestro)

«He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles. Y se burlarán de El y le escupirán, le azotarán y le matarán, y tres días después resucitará«. Marcos 10:33-34 (LBLA – destacado nuestro)

«diciendo: El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día«. Lucas 9:22 (LBLA – destacado nuestro)

«Tomando aparte a los doce, Jesús les dijo: Mirad, subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas que están escritas por medio de los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será objeto de burla, afrentado y escupido; y después de azotarle, le matarán, y al tercer día resucitará«. Lucas 18:31-33 (LBLA – destacado nuestro)


3. La resurrección CUMPLIDA

Pero Jesús, no sólo lo profetizó, sino que lo cumplió. Existen numerosos testimonios de su resurrección. En el próximo epígrafe (nº 4) veremos la aplicación que tiene la resurrección de Jesús para nuestras vidas hoy, como cristianos y seguidores suyos.

A continuación presentamos algunos versículos que evidencian el cumplimiento de la resurrección de Jesús.

«No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos cómo os habló cuando estaba aún en Galilea, diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar. Entonces ellas se acordaron de sus palabras,» Lucas 24:6-8 (LBLA – destacado nuestro)

«y después que él resucitó, salieron de los sepulcros, entraron en la santa ciudad y aparecieron a muchos.» Mateo 27:53 (LBLA – destacado nuestro)

«a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis, a quien Dios resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el dominio de ella. Porque David dice de El: VEIA SIEMPRE AL SEÑOR EN MI PRESENCIA; PUES ESTA A MI DIESTRA PARA QUE YO NO SEA CONMOVIDO» Hechos 2:23-25 (LBLA – destacado nuestro)

«A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos» Hechos 2:32 (LBLA – destacado nuestro)

«y disteis muerte al Autor de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.» Hechos 3:15 (LBLA – destacado nuestro)

«Pero aquel a quien Dios resucitó no vio corrupción.» Hechos 13:37 (LBLA – destacado nuestro)

«que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;» 1 Corintios 15:4 (LBLA – destacado nuestro)

«el cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales,» Efesios 1:20


4. La resurrección APLICADA

Pero Jesús, no sólo profetizó su resurrección y la cumplió con varios testigos contemporáneos que han podido corroborarlo (no olvidéis que Jesús se apareció a diferentes personas, después de resucitar, en al menos en 12 ocasiones, y que están registradas en Mateo 28:16-20; Marcos 16:1-19 ; Lucas 24:13-25, 34, 36, 49, 50-52; Juan 20:11-28; Juan 21:1-23; 1 Corintios 15:5-7; Hechos 1:3-9, Hechos 9:3-9, 17; 1 Corintios 9:1; 13:8), sino que, además, su resurrección tiene una aplicación concreta para la vida de fe del cristiano.

Por la resurrección de Jesús comprendemos que:

  1. Podemos creer en las Escrituras (Jn. 2.22)
  2. También seremos resucitados (2 Cor. 4:14; Romanos 6:4; 1 Corintios 6:14; 1 Tesalonicenses 4:14)
  3. Hoy existe sanación y salvación en Jesús (Hechos 4:8-12)
  4. Podemos llevar buenos frutos en su nombre (Romanos 7:4)
  5. Podemos recibir vida en nuestros cuerpos mortales a través del Espíritu Santo (Romanos 8:11)
  6. Debemos vivir por Él (2 Corintios 5:15)
  7. Hoy está intercediendo por nosotros (Romanos 8:34)
  8. Si confesamos que Dios le resucitó, somos salvos (Romanos 10:9)
  9. Con su resurrección llegó a ser Señor tanto de muertos como de vivos (Romanos 14:9)
  10. Tenemos acceso a los lugares celestiales (Efesios 2:6)
  11. Que somos sepultados y resucitados en Él a través del bautismo (Colosenses 2:12)
  12. Debemos esperarle en su segunda venida (1 Tesalonicenses 1:10)
  13. Somos creyentes en Dios con fe y esperanza (1 Pedro 1:21

Así, dejando que la Biblia hable por sí misma, es como llegamos a comprender porqué Pablo dijo «y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe.» 1 Corintios 15:14 (LBLA). Debemos, por tanto, comprender y aceptar que sin resurrección no hay cristianismo.

A continuación exponemos los versículos de aplicación teológica respecto de la resurrección para nuestra vida diaria citados en los trece puntos anteriores.

«Por eso, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado» Juan 2:22 (LBLA – destacado nuestro)

«sabiendo que aquel que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.» 2 Corintios 4:14 (LBLA – destacado nuestro)

«Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida» Romanos 6:4 (LBLA – destacado nuestro)

«sabed todos vosotros, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por El, este hombre se halla aquí sano delante de vosotros» Hechos 4:10 (LBLA – destacado nuestro)

«Por tanto, hermanos míos, también a vosotros se os hizo morir a la ley por medio del cuerpo de Cristo, para que seáis unidos a otro, a aquel que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios» Romanos 7:4 (LBLA – destacado nuestro)

«Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros» Romanos 8:11 (LBLA – destacado nuestro)

«y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.» 2 Corintios 5:15 (LBLA – destacado nuestro)

«¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros» Romanos 8:34 (LBLA – destacado nuestro)

«que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo;» Romanos 10:9 (LBLA – destacado nuestro)

«Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.» Romanos 14:9 (LBLA – destacado nuestro)

«Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros mediante su poder» 1 Corintios 6:14 (LBLA – destacado nuestro)

«y con El nos resucitó, y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús,» Efesios 2:6 (LBLA – destacado nuestro)

«habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual también habéis resucitado con El por la fe en la acción del poder de Dios, que le resucitó de entre los muertos.» Colosenses 2:12 (LBLA – destacado nuestro)

«y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.» 1 Tesalonicenses 1:10 (LBLA – destacado nuestro)

«Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con El a los que durmieron en Jesús.» 1 Tesalonicenses 4:14 (LBLA – destacado nuestro)

«que por medio de El sois creyentes en Dios, que le resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y esperanza sean en Dios.» 1 Pedro 1:21 (LBLA – destacado nuestro)

RECOMENDACIÓN: Sobre la resurrección, recomendamos las lecturas corridas de Mt 28.1-10; Mc 16.1-8; Lc 24.1-12; Jn 20.1-10; 1 Corintios 15.

9. La ternura de su amor

In 2008 2do Trimestre on May 28 , 2008 at 9:13 pm

Versículos de estudio propuestos para esta semana: Mateo 5:44-48; 19:13,14; 23:37; Lucas 10:38-42; Juan 8:2-11; Hechos 6:7

1. Por la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8:2-11)

Como ya hemos comentado en «El desafío de sus dichos«, Jesús fue tentado en reiteradas ocasiones con situaciones de difícil resolución aparente, donde el solo hecho de tomar una de las dos posiciones ofrecidas por los escribas y/o fariseos traería sobre Él un problema en relación a los poderes de la Tierra (sea Romano o Judío). Este es uno de esos casos.

En Levítico 20:10, Deuteronomio 17:7 y Deuteronomio 22:22-24 se muestra la «Ley de Moisés» que traen los escribas y fariseos ante Jesús y la mujer adúltera para condenarla.

Los textos dicen así:

«Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro hombre, (que cometa adulterio con la mujer de su prójimo), el adúltero y la adúltera ciertamente han de morir» Levítico 20:10 (LBLA – destacado nuestro)

«La mano de los testigos caerá primero contra él para darle muerte, y después la mano de todo el pueblo. Así quitarás el mal de en medio de ti» Deuteronomio 17:7 (LBLA – destacado nuestro)

«Si se encuentra a un hombre acostado con una mujer casada, los dos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel. Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,entonces llevaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque ha violado a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti» Deuteronomio 22:22-24 (LBLA – destacado nuestro)

Con estos antecedentes mosaicos, los escribas y fariseos traen a la mujer delante de Jesús y lo ponen a prueba para tentarle, tal como dice el versículo 6 del capítulo 8 de Juan:

«Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra» Juan 8:6

Como dice la VRV 95, en la nota a este versículo «Si Jesús se pronunciaba en favor de la mujer, podrían acusarlo de no tomar en serio la Ley mosaica; si se declaraba en favor de la pena de muerte, entraría en conflicto con las autoridades romanas» VRV nota al pié de página del versículo 6.

Nuevamente, los escribas y fariseos tenían un «problema teológico«, o bien un problema de poder traducido en términos teológicos para respaldar sus propias ambiciones. Lo explicamos. El principal problema de los Romanos y de los Judíos de la época de Jesús, era la amenaza de perder poder político y/o religioso por sobre el pueblo. Así, Jesús con sus milagros, enseñanzas y misión como Hijo de Dios, produjo un celo religioso en el poder religioso judío de la época, y una preocupación política en Roma. Esta es la principal razón por la que los escribas y fariseos buscaban tentar y acusar a Jesús, para de esta manera, eliminar la amenaza que este suponía a sus autoridades.

Lo cierto es que para ello utilizan «medias verdades», y pretendían poner a Jesús en una encrucijada en presencia del pueblo. Sin embargo, uno puede preguntarse: Si Moisés, tal como hemos visto, aprobó la muerte por apedreamiento para el adulterio ¿porqué Jesús, como Judío, no cumplió con dichos mandatos?

Bien, aquí radica la «astucia» de los escribas y fariseos, y la utilización de «medias verdades». Si os fijáis en los versículos citados, la razón del apedreamiento y muerte por adulterio tenía una razón de ser para aquél período de la historia del pueblo de Dios. La razón era «quitar el mal de en medio de ti«. Pero este mandato sólo tiene sentido en el contexto histórico-salvífico de la época. Fue Dios quien determinó, a través de Moisés, por medio de ritos, sacrificios, y normas, la manera anti-típica de mantener limpio al pueblo escogido (Israel). Sin embargo, desde la venida del Mesías, al dejar de existir «un pueblo escogido» (físico y concreto como lo era Israel), ya no tiene sentido, no solo aquellos sacrificios, ritos y normas, sino la misma razón de ser de «quitar el mal de en medio de ti«. En Jesús la salvación se extendió a todo el mundo (Judío, griego, esclavo, rico, pobre, etc.). Quien debía ahora estar limpio era Jesús, y no Israel (es decir, la función de Israel como pueblo especialmente escogido con el fin de atraer a los incrédulos a Dios, fracasó. O dicho de otro modo, procuró cumplirlo por un período de tiempo hasta que el Mesías vino a completarla cumpliendo todos los requisitos que se pedían a Israel en su misma persona). La salvación y religión (re-ligare) llega de esta manera a su máxima expresión y realidad: LA RELACIÓN PERSONAL CON DIOS RESTAURADA.

En otras palabras, los fariseos y escribas no sólo estaban ciegos por el poder religioso que veían amenazado en la persona de Jesús, sino que también estaban ciegos teológicamente al no comprender que las leyes de moisés se cumplieron en Jesús, el Mesías. Y que la razón de ser de aquellas normas (palabras) estaban en vida delante de ellos en la persona de Jesús (el Verbo encarnado).

Jesús no hizo una excepción con la mujer adúltera. Tampoco actuó así por consideración al supuesto engaño que tramaron contra ella. Jesús actuó con AMOR, porque Él era el AMOR ENCARNADO. Jesús no condenó a la mujer adúltera porque durante su ministerio en la Tierra él vino a SALVAR y no a JUZGAR.

«Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El» Juan 3:17 (LBLA – destacado nuestro

«Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo» Juan 12:47 (LBLA – destacado nuestro)

Jesús vino a manifestar la Justicia, que sólo viene del Padre. Ningún ser humano tiene autoridad para juzgar cuestiones espirituales de terceros. Y sólo es «justo», quien acepte la justicia de Cristo como la suya. Sin comprender esto, quien juzga se condena a sí mismo.

«Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas» Romanos 2:1 (LBLA – destacado nuestro)


2. Por los niños (Mateo 19:13-14)

«Entonces le trajeron algunos niños para que pusiera las manos sobre ellos y orara; y los discípulos los reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos» Mateo 19:13-14 (LBLA – destacado nuestro)

Jesús explica la razón por la cual manda no impedir que se acerquen los niños a Él, «porque de los que son como éstos es el reino de los cielos«.

Estas palabras están expresamente explicadas en Mateo 18:2:4.

Para conocer la respuesta lee nuestro comentario en «La experiencia del discipulado«, epígrafe 2, titulado «Los niños y el discipulado (la razón del hombre y la fe de un niño)»

Ya en Salmos se expresaba la misma idea:

«En verdad me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre. ¡Como un niño destetado está mi alma!» Salmos 131:2 (VRV 95 – destacado nuestro)


3. Por la familia de Lázaro (Juan 11:5)

«Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro« Juan 11:5 (LBLA – destacado nuestro)

Sí, la Biblia dice que Jesús amaba a María tanto como a Marta y a su hermano Lázaro. Sobre el trato que recibió Marta respecto de María en Lucas 10:38-42, leed nuestro comentario en «Género y discipulado«, epígrafe 4, titulado «Turbada con muchas cosas«.

4. Por sus enemigos (Mateo 5:44)

«Habéis oído que se dijo: «AMARAS A TU PRÓJIMO y odiarás a tu enemigo.» Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen» Mateo 5:43-44 (LBLA – destacado nuestro)

Para comprender cabalmente estos versículos debemos acceder, necesariamente, al original en griego. El original griego de estos versículos dicen así:

«ηκουσατε οτι ερρεθη αγαπησεις (amarás) τον πλησιον σου και μισησεις τον εχθρον (enemigo) σου εγω δε λεγω υμιν αγαπατε (amad) τους εχθρους (enemigos) υμων ευλογειτε τους καταρωμενους υμας καλως ποιειτε τους μισουντας υμας και προσευχεσθε υπερ των επηρεαζοντων υμας και διωκοντων υμας» Mateo 5:43-44 (1894 Scrivener New Testament – TR1894 – Hemos destacado la palabra «amarás«, «enemigo«, «amad» y «enemigo» respectivamente)

Existen cuatro (4) puntos a considerar para la comprensión de estos versículos:

1. En ningún sitio, en las Escrituras, aparece una ley o mandato bíblico que diga que uno debe «aborrecer al enemigo» (u odiarlo). Esta idea, tal como dice el interlineal de Francisco Lacueva «era una añadidura antibíblica de los escribas», que probablemente se utilizaba entre ellos, y por tanto Jesús la cita como un mandato reconocido de la época, pero no aparece dicho «mandato» en la Biblia.

2. Algunas versiones agregan a esta traducción la frase «haced bien a los que os odian«, sin embargo, éstas no están en el original griego. Simplemente dice «orad por los que os persiguen«. Y la traducción correcta es la que aparece al principio de este epígrafe.

3. Las palabras griegas que se tradujeron como «amarás» o «amad» son αγαπησεις y αγαπατε respectivamente, y se corresponden con la raíz agapao / ágape. En griego existen varias palabras para describir el «amor» humano, y que los occidentales utilizamos indistintamente. Así el amor familiar o de amistad se define como fileo, el de una pareja o sexual es eros, y el amor como principio, aquel amor que Dios tiene para con los hombres es ágape (el de nuestro versículo de estudio).

El Diccionario Expositivo de W.E. Vine, dice que:

«Agape y agapao se usan en el NT: (a) para describir la actitud de Dios hacia su Hijo (Juan 17:26); hacia la raza humana, en general (Juan 3:16; Romanos 5:8); y hacia aquellos que creen en el Señor Jesucristo, en particular (Juan 14:21); (b) para expresar su voluntad a sus hijos con respecto a la actitud que tienen que mostrarse mutuamente (Juan 13:34), y hacia todos los hombres (1 Ts 3:12; 1 Co 16:14; 2 P 1:7); (c) para expresar la naturaleza esencial de Dios (1 Juan 4:8)«

Por tanto, lo que Jesús nos quiere transmitir en estos versículos es que debemos «amar (ágape) a nuestros enemigos«. Es decir, es un amor dirigido hacia el hombre en general como principio, que no depende del impulso del sentimiento o de la afinidad. En otras palabras, debemos amar a nuestros enemigos como Dios ama a la raza humana en general.

4. Por último, la palabra «enemigo» (εχθρον) y «enemigos» (εχθρους) derivan de la raíz griega ecthros (εχθρος). Esto nos viene a decir, como veremos más adelante, que nosotros solemos utilizar la palabra enemigo muy a la ligera, aplicándolo sobre cualquier persona que en determinado momento nos pudiera haber hecho algún daño. Sin embargo, enemigo, según el significado de la palabra en griego son:

«Se usa como nombre, significando enemigo, adversario. Se dice: (a) del diablo (Mt 13:19; Lc 10:19); (b) de la muerte (1 Co 15:26); (c) del creyente profesante que quisiera hacerse amigo del mundo, haciéndose entonces enemigo de Dios (Stg 4:4); (d) de hombres opuestos a Cristo (Mt 13:25,28; 22:44; Mc 12:36; Lc 19:27; 20:43; Hch 2:35; Ro 11:28; Flp 3:18; Heb 1:13; 10:13); o a sus siervos (Ap 11:5, 12); a la nación de Israel (Lc 1:71, 74; 19:43); (e) de alguien opuesto a la justicia (Hch 13:10); (f) de Israel en su enajenación de Dios (Ro 11:28); (g) de los no regenerados en su actitud hacia Dios (Ro 5.10; Co 11:21); (h) de los creyentes en su estado anterior (2 Ts 3:15); (i) de enemigos (Mt 5:43, 44; 10:36; Lc 6:27, 35; Ro 12:20; 1 Co 15:25); del apóstol Pablo debido a que les decía la verdad a los creyentes (Gl 4:16)» VINE Diccionario expositivo de palabras del antiguo y del nuevo testamento exhaustivo, W.E. Vine, pág. 316

Resumiendo, en las Escrituras no existe mandato al odio alguno. Jesús está pidiendo un amor como principio básico y elemental del cristianismo respecto de la actitud propia de Dios por con uno y con toda la humanidad, y pide que aquellas personas opuestas a Cristo, opuestas a la Justicia y enemigas de Dios, sean tenidas en cuenta en nuestras oraciones. De esta manera se busca hacer el bien de permitir que Dios siga trabajando en aquellas personas declaradas enemigas de Dios y que atentan contra nuestras personas.

5. Por Israel (Mateo 23:1-37)

Os dejamos el texto completo para vuestra reflexión personal. Creemos que sus palabras son de gran actualidad y cobran gran significado cuando se leen de corrido sin los versículos y capítulos, que por lo general suelen cortar la lectura.

«Entonces Jesús habló a la muchedumbre y a sus discípulos, diciendo: Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues ensanchan sus filacterias y alargan los flecos de sus mantos;aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y los saludos respetuosos en las plazas y ser llamados por los hombres Rabí. Pero vosotros no dejéis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis a nadie padre vuestro en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni dejéis que os llamen preceptores; porque uno es vuestro Preceptor, Cristo. Pero el mayor de vosotros será vuestro servidor. Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado. Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacéis largas oraciones; por eso recibiréis mayor condenación. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros. ¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: «No es nada el que alguno jure por el templo; pero el que jura por el oro del templo, contrae obligación.»¡Insensatos y ciegos!, porque ¿qué es más importante: el oro, o el templo que santificó el oro? También decís: «No es nada el que alguno jure por el altar; pero el que jura por la ofrenda que está sobre él, contrae obligación.» ¡Ciegos!, porque ¿qué es más importante: la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él y por el que en él habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: «Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas.» Así que dais testimonio en contra de vosotros mismos, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. Llenad, pues, la medida de la culpa de vuestros padres. ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno? Por tanto, mirad, yo os envío profetas, sabios y escribas: de ellos, a unos los mataréis y crucificaréis, y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad, para que recaiga sobre vosotros la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, a quien asesinasteis entre el templo y el altar. En verdad os digo que todo esto vendrá sobre esta generación¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! » Mateo 23:1-37 (LBLA – destacado nuestro)

8. La intensidad de su caminar

In 2008 2do Trimestre on May 21 , 2008 at 1:27 pm

NOTA IMPORTANTE:

Estimados lectores,

Si alguno no entiende completamente nuestros comentarios, no está de acuerdo parcial o completamente con ellos, o bien considera que no son claros del todo, no dejen de escribirnos, de enviar vuestros comentarios o de solicitar aclaración. Nuestra idea es AYUDAR, y no oscurecer en el estudio de la Biblia. Aprovechemos estas vías de comunicación, y no dejemos dudas en nuestra mente innecesariamente. Todos los seres humanos somos falibles, y reconocemos anticipadamente que podemos equivocarnos con nuestros comentarios y expresión de ideas, en cuyo caso, haríamos la rectificación correspondiente actualizando los mismos o incorporando notas aclaratorias.

Aprovechamos también para deciros que ya hemos superado la media de 5000 visitas mensuales, y estamos agradecidos a Dios por este ministerio. Esperamos, sinceramente, ser de ayuda a vuestros estudios.

Atentamente,

Equipo ESW
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E-mail: escuelasabaticaiasd@gmail.com

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Versículos de estudio propuestos por el autor para esta semana: Mateo 4:4; Lucas 2:40; 6:12; Juan 4:34; Juan 17; 1 Juan 2:6

1. Los primeros años (Luc. 2:40)

Dice el autor (Roy Adams):

«Si suponemos, por nuestra propia experiencia, que la estabilidad y la fortaleza que vemos en Jesús durante su ministerio público no se materializó de la noche a la mañana, ni surgió de una experiencia superficial, tenemos que llegar a la conclusión, otra vez por nuestra propia experiencia, de que ellas surgieron de un intenso caminar con Dios» Día Domingo, pág. 59

Es cierto que nuestra experiencia puede ayudarnos a «intuir» algo respecto de aquellos primeros años de la vida de Jesús, sin embargo, tanto nuestra experiencia como nuestra intuición nos son fuente lo suficientemente fidedigna como para estipular conclusiones bíblicas y reales.

Ahora bien, tal como comenta el autor, existe en Lucas 2:39-52 algunos versículos que nos ayudan a comprender, sin necesidad de especulación, cómo fueron aquellos primeros años de la vida de Jesús.

Repasa nuestro comentario de la semana pasada «El enigma de su conducta«, epígrafe 1 ¿Abandonar al os padres?, y fíjate cómo todo el acontecimiento descrito era guardado en el corazón de María, una madre «orgullosa» de ver cómo su hijo crecía en Dios.

Así es, el primer y último versículo de este acontecimiento son suficientes para comprender que sus primeros años fueron de íntima comunión con Dios (sin necesidad de acudir a nuestra experiencia o intuición).

«Y el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El (…) Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres» Lucas 2:40 y 52 (LBLA – destacado nuestro)

Esto es todo lo que sabemos de su niñez (al margen de su nacimiento, que por cierto también era atesorado por María en su corazón, y que ya hemos citado la semana pasada: Lucas 2:18-19). Y esto es suficiente para comprender que en su niñez, Jesús, crecía y se fortalecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los Hombres. Sólo en comunión permanente con Dios un niño/niña puede crecer en gracia y sabiduría.

2. El comienzo de su ministerio (Mateo 4:4)

Dice el autor que:

«Pero, la razón explícita para esta excursión en el desierto era ser probado (Mateo 4:1; comparar con Lucas 4:2). El tentador estaba cerca, para aprovechar la oportunidad» Día Lunes pág. 60 (destacado nuestro)

La razón explícita para la excursión en el desierto no fue para ser probado como declara el autor, sino más bien para ayunar y estar en comunión con su Padre. Y así lo hizo durante 40 días, hasta que Satanás aprovechó su hambre para tentarle. Lee en nuestro comentario «La jaula del pájaro«, el epígrafe «3. ¿Fue Jesús impulsado por el Espíritu para ser tentado?» (allí explicamos con más detalle, analizando los sinópticos, nuestra declaración anterior).

La enseñanza más importante de la defensa de Jesús, radica en su conocimiento de las Escrituras, de su Padre, y el uso prácticamente exclusivo de las Escrituras como «inmunización» frente a la tentación. No fue su inteligencia, ni su capacidad retórica, ni una fuerza «humana especial«, fue su cercanía al Padre a través de las Escrituras, el ayuno y/o la oración. El «escrito está» tiene poder para hacer frente a las tentaciones más intensas que Satanás pueda acechar contra el hombre.

3. En su vida de oración (Lucas 6:12)

Jesús salió de la experiencia en el desierto en el poder del Espíritu Santo:

«Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas acerca de El se divulgaron por toda aquella comarca» Lucas 4:14 (LBLA – destacado nuestro)

El autor nos propone varios textos donde vemos a un Jesús que se tomó tiempo para orar:

«Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.» Mateo 14:23 (LBLA – destacado nuestro)

«En esos días El se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.» Lucas 6:12 (LBLA – destacado nuestro)

«Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti, por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado» Juan 17:1-2 (LBLA – destacado nuestro)

«Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba» Marcos 1:35 (LBLA – destacado nuestro)

Dice el autor que:

«Lucas 6:12 nos informa que Jesús pasó la noche entera en oración en la falda de un monte inmediatamente antes de seleccionar a los doce discípulos, aparentemente de entre un grupo mayor de seguidores (ver Lucas 6:13). Antes de su caminata sorprendente sobre el lago, él había tomado tiempo para un período de intensa comunicación con su Padre. Y, durante la semana de la Pasión, al enfrentar la cruz, Jesús ofreció una intensa oración de súplica en favor de sus discípulos inmediatos y por su pueblo hasta el fin del tiempo» Día Martes página. 63.

No hay duda de que los registros bíblicos muestran la clara NECESIDAD del cristiano de estudiar y comprender las Escrituras (Ej, Jesús en el desierto), y comunicarse con Dios a través de la oración. Ambas son dos caras de una misma moneda, las dos caras de la relación personal, íntima y continua con Dios.

4. Intensidad para la misión (Juan 4:34)

«Mientras tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Pero El les dijo: Yo tengo para comer una comida que vosotros no sabéis. Los discípulos entonces se decían entre sí: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra» Juan 4:31-34 (LBLA – destacado nuestro).

Jesús vino al mundo con una misión clara «glorificar al Padre» (Juan 17:4), «salvar al hombre» (Juan 3:16) y/o «deshacer las obras del diablo» (1 Juan 3:8).

Respecto del porqué de las obras de Jesús (como el caso de la mujer en Samaria citada por el autor) lee «La maravilla de su obra«, epígrafe «3. ¿Qué clase de hombre hace estas obras, cómo y porqué?«.

La idea principal es que la «glorificación del Padre«, la «salvación del hombre» y el «deshacer las obras del diablo» son todas una misma obra que Jesús vino a hacer a la Tierra. Si recuerdas la temática del trimestre pasado, sobre el discipulado, hemos aprendido que las obras de Jesús asombraban al hombre permitiendo el reconocimiento del pecado (la gloria de Dios), que a su vez nos llevaba al arrepentimiento o humillación, y a la disponibilidad de estar a su servicio. Es así como las obras de Jesús tenían una relación directa con nuestra fe, y ésta con la salvación para la gloria del Padre. Jesús vino a cumplir esta misión, y lo hizo por cada uno de nosotros, por eso dirá en Juan:

«Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera. Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera«. Juan 17:4-5 (LBLA – destacado nuestro)


5. Nuestro propio caminar con Dios (1 Juan 2:6)

«El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo» 1 Juan 2:6 (LBLA – destacado nuestro)

¿Qué significa «debe andar como Él anduvo» en 1 Juan 2:6? ¿Qué significa «permanecer en Él«

5.1 El contexto histórico y gnóstico en tiempos de Juan

Citamos, del Comentario exegético devocional a toda la biblia de Matthew Henry, en las pág. 171-172:

«Para mejor entender esta epístola es conveniente conocer la doctrina de los gnósticos (del gr. gnósis, conocimiento), pues éstos son los falsos maestros, los «anticristos» (2:18, 19) que Juan tiene aquí en mente. Sus principios doctrinales pueden reducirse a tres: 1) El saber (gnosis) es superior a la fe (gr. pístis) sencilla de los creyentes comunes; 2) El sentido alegórico de la Escritura es más importante que el literal y sólo puede ser entendido por una élite de iniciados, esto es, poseedores de una iluminación especial; 3) La materia es mala, pero moralmente neutra. No ha sido creada por Dios, como ningún otro mal de este mundo. De aquí se derivan consecuencias importantes de carácter práctico, tanto como doctrinal, tenidas en cuenta por Juan en la defensa que, contra los gnósticos, hace de la fe cristiana. Las consecuencias de mayor relieve de dicha enseñanza sobre la maldad óntica de la materia, juntamente con su amoralidad, son: (A) La Encarnación del Hijo de Dios es imposible, pues repugna que la Deidad se una a un cuerpo material; el cuerpo de Cristo no era real, sino aparente (Docetismo); V. 4:1-6 contra este error. (B) Lo que interesa es tener la luz del conocimiento, no la virtud de la conducta. Véase contra esto 1:5 y ss., entre otros lugares. (C) Como la materia no guarda relación con la moral, no es pecado lo que se hace mediante el cuerpo. Contra esto, advierte Juan (3:3-10) que todo lo que va contra la ley de Dios es pecado» (destacado nuestro)

Esta cita es suficiente como descripción sintética del contexto que rodeaba a Juan, y que tenía en mente cuando escribía dicha espístola.

5.2. El contexto más inmediato del texto (Juan 2:1-6)

Dado que no podemos extendernos demasiado en un análisis completo del libro de Juan (recomendamos los siguientes artículos «Los gnósticos, ¿quiénes son?, ¿qué creen?, ¿de dónde vienen?» y http://es.wikipedia.org/wiki/Gnosticismo), reproducimos a continuación el contexto más inmediato del texto, para su análisis.

«Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto sabemos que estamos en El. El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo» 1 Juan 2:1-6 (LBLA – destacado nuestro)

Teniendo en cuenta que los gnósticos, eran dualistas (es decir tenían una concepción distinta y separada para el cuerpo y el espíritu, malo-bueno), permitiéndose la libertad de cometer las mayores perversiones justificando la maldad del cuerpo, pero sin que ésta «afecte al espíritu»; y que además, decían tener el conocimiento de Dios en ellos, a través de la iniciación (un método superior a la fe), es más fácil comprender las palabras de Juan en estos versículos.

Por cuestión de tiempo, haremos una paráfrasis de lo que Juan pudo haber querido decir en el texto, teniendo en cuenta el contexto que hemos descrito.

«os escribo estas cosas para que no pequéis como lo hacen los gnósticos que con la excusa de la maldad del cuerpo cometen las mayores perversiones sin reconocer el mal de esta costumbre y pensamiento. Pero si alguno peca o comete alguna perversión, tenemos un Abogado, Jesucristo, que es propiciación de vuestros pecados y del mundo entero. La manera de saber si realmente le conocéis, es cumpliendo sus mandatos, y no a través de una supuesta iniciación o conocimiento especial y superior a la fe. Si realmente quieres saber si conoces a Jesús debéis fijaros si cumplís con sus mandatos y enseñanzas. No justifiquéis vuestros conocimientos de Dios en filosofías o presuntos conocimientos iniciáticos, porque nada tienen que ver con Dios ni con su verdad. Por eso el que DICE que le conoce, pero no guarda sus mandatos o palabras es mentiroso (que nadie os engañe, nadie que practica el pecado puede ser y permanecer en Dios). Sin embargo, si guardáis sus palabras, vuestro conocimiento sobre Dios se perfecciona, es decir, se hace más completo. De esta manera es como podéis saber si estáis en Él, andando en la fe, el amor y la obediencia, tal como él anduvo, y no en la «gnosis» o «conocimiento especial» supuestamente más importante que la fe, el amor al pecado en el cuerpo y la desobediencia a sus palabras (todo esto propio del gnosticismo herético que vemos a nuestro alrededor)«.

5.3. A modo de conclusión

Existen dos posturas opuestas dentro de la Iglesia, y equivocadas teológicamente, que piensan que Jesús o la Biblia dicen, por un lado que debemos ser IMPECABLES (santificación completa de la «carne» o del «carácter» en la Tierra) porque sino no podemos permanecer en Dios, y por otro, que PODEMOS PECAR LIBREMENTE porque nuestro Abogado ya pagó por todos nuestros pecados. Ambas están equivocadas, y ponen sus especulaciones o prejuicios personales por encima de las Escrituras.

Ni Juan, ni la Biblia hablan NUNCA de la IMPECABILIDAD, por el contrario Juan dice que «Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros» (1 Juan 1:10 – LBLA), dado que en Eclesiastés 7:20 se nos dice que «Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque«, y en Proverbios 20:9 ya se nos decía, «¿Quién puede decir:«Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado»?«. Cualquiera que diga que no tiene pecado alguno, o que no hace mal ninguno, o que limpió su corazón totalmente, es MENTIROSO, y lo que es aún peor, hace mentiroso a Dios quién ha declarado que esto no es posible. No es posible, ni bíblica, la santificación completa de la carne (cuerpo) de pecado o del carácter pecaminoso (mente) del hombre, antes de que Cristo regrese por segunda vez y nos transforme completamente.

Pero tampoco en la Biblia, JAMÁS, se nos INVITA A PECAR, o se nos da LICENCIA LIBRE para ello. Por eso Juan dice, «os escribo estas cosas para que no pequéis» (1 Juan 2:1) o «El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo» (1 Juan 2:6). Y por eso también en Romanos 6:11-14, entre otros tantos textos, se nos dice que, «Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias; ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia«.

Se ha visto que gran parte de la vida del cristiano depende en gran medida de la relación que éste tenga con el pecado. Bíblicamente sólo podemos y debemos decir que:

1) Dios ha enviado «entre nosotros» a un modelo de hombre, igual a ti y a mi, al que debemos imitar. Nos envió un ejemplo de «religión» (re ligare, es decir, de restauración o reconexión de la relación entre el hombre y Dios). Jesús es el IDEAL al que todo sincero cristiano debe tener como meta, como modelo, como ejemplo de ser humano.

2) Dios, además, envió un SALVADOR, y no sólo un modelo o ejemplo para el Hombre. Y mientras el sincero cristiano tiene como IDEAL a Jesús, Él mismo suple todas tus incapacidades y defectos. Es decir, que con una FE PERMANENTE es posible permanecer en Él, y andar como Él anduvo, porque Él ES lo que nos falta (el «puente» capaz de unir al hombre con Dios).

3) Si mientras tienes como foco o meta a Jesús como IDEAL de Hombre y además lo reconoces como tu SALVADOR personal, y sin embargo caes o pecas en el andar de la vida en comunión con Dios, tienes un ABOGADO que te perdona si reconoces que has pecado, es decir, si reconoces que eres pecador, tal como Dios ha declarado en la Biblia respecto de la naturaleza del Hombre, y no mientes haciéndole también a Él mentiroso.

Un cristiano sincero JAMÁS buscará excusas o maneras de interpretar la Biblia, ni para pecar, ni para presentarse impecable ante los demás o ante Dios. Ninguna de las dos actitudes son propias de un sincero o genuino cristiano.

En pocas palabras, la propia actitud de creer que puedes ser impecable o que puedes pecar libremente te convierte, bíblicamente, en un pecador inaccesible para la GRACIA divina, porque declaras con dicha actitud, de una u otra manera, que NO NECESITAS VERDADERAMENTE DE DIOS. He aquí el gran problema de estas posturas anti-bíblicas, y he aquí la razón por la que Juan escribe contra dichas herejías de su tiempo.

¡¡¡IMPORTANTE!!!
La gracia y el perdón de Dios sólo alcanza al que se reconoce pecador y tiene a JESÚS 1) como EJEMPLO y MODELO del Hombre al que desea llegar, y 2) como Dios en el que espera salvación
. Decir más, quizá, implique imponer especulaciones o fuentes extra bíblicas.

7. El enigma de su conducta

In 2008 2do Trimestre on May 15 , 2008 at 12:15 am

Versículos de estudio, propuestos para esta semana: Mateo 4:12, 13, 8:28-32; 11:18, 19; 21:12, 13; Lucas 2:41-51; 5:32; 1 Corintios 1:26-28.

1. ¿Abandonar a los padres?

1.1. El versículo y el comentario del autor de Escuela Sabática

El versículo de estudio está en Lucas 2:41-51, dice así:

«Sus padres acostumbraban ir a Jerusalén todos los años a la fiesta de la Pascua. Y cuando cumplió doce años, subieron allá conforme a la costumbre de la fiesta; y al regresar ellos, después de haber pasado todos los días de la fiesta , el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres, y suponiendo que iba en la caravana, anduvieron camino de un día, y comenzaron a buscarle entre los familiares y conocidos. Al no hallarle, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que después de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que le oían estaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas. Cuando sus padres le vieron, se quedaron maravillados; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Entonces El les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho. Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón» Lucas 2:41-51 (LBLA – destacado nuestro)

El autor de escuela sabática nos dice que:

«El incidente, superficialmente, da la impresión de un muchacho irresponsable, totalmente despreocupado por el dolor y la ansiedad de sus padres. ¿Qué padres no estarían terriblemente enojados por esa aparentemente insensible falta de cuidado por el bienestar de sus padres y las reglas del hogar? Este es uno de esos eventos que muestran los límites del uso de la conducta de Jesús, como modelo, en cada situación» Pág. 52, 2do y 3er párrafo (destacado nuestro)

¿Fue Jesús irresponsable? ¿Es cierto que este acontecimiento no es un ejemplo o modelo para nosotros? ¿Cuál es el mensaje del texto en cuestión, y qué debemos aprender de él? ¿Es legítimo especular sobre lo que no dice la Biblia? Estas son algunas de las preguntas que procuraremos responder a continuación.

1.2. El contexto inmediato

Cuando analizamos un texto bíblico, es común (aunque incorrecto) nuestra tendencia a valorar los hechos en función de nuestra cultura, época, experiencia y aprendizajes propios. Básicamente, cometemos un error grave al pensar que perder a nuestro hijo/a de 12 años en un centro comercial es equiparable a perder a un niño judío de 12 años en el Templo.

Hay una evidencia bíblica muy interesante que no debemos pasar por alto, se encuentra en el versículo 42, «Y cuando cumplió doce años, subieron allá conforme a la costumbre de la fiesta» (LBLA – destacado nuestro)

El comentario de la VRV 95 dice así

«Dt 16.16; cf. 1 S 1.3,21; 2.19. Según la costumbre judía, un muchacho de doce años se preparaba ya para incorporarse legalmente a la comunidad religiosa. La incorporación oficial tenía lugar a la edad de trece años«.

En la tradición judía del «Bar Mitzvá» «la ley judía establece que la responsabilidad de los actos de un niño recae en los padres hasta llegar a esta edad. En adelante, los chicos (13 años) y chicas (12 años) tienen el privilegio —y la obligación— de participar en todas las áreas de la vida de la comunidad judía y asumir su propia responsabilidad respecto a la ley ritual judía, la tradición y la ética«. Benei Mitzvá. (2008, 9) de marzo. Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 07:56, mayo 14, 2008 from (destacado nuestro).

En otras palabras, Jesús estaba a las «puertas» de la madurez judía, es decir, de asumir su obligación y privilegio de participar de la vida de la comunidad judía, y de asumir plena responsabilidad respecto a la ley ritual. No era de extrañar, por tanto, que Jesús enseñara en el templo con 12 años recién cumplidos, como muestra de su capacidad para asumir sus deberes y responsabilidades (no sólo como Hijo de Dios, sino como Judío). Quizá de ahí el asombro de los judíos al escucharle hablar (vers. 46, 47).

La expresión «en los negocios de mi Padre me es necesario estar» (VRV 95) se traduce en LBLA como «me era necesario estar en la casa de mi Padre«. Si bien sus padres no comprendieron plenamente lo que Jesús les decía, no es extraño que María guardara este acontecimiento en su corazón y meditara en ello, porque veía que su hijo crecía en gracia ante Dios y los hombres (al igual que lo hizo cuando los pastores se maravillaban de su niño en el pesebre):

Por motivo de la perdida de Jesús por tres días:
«
Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres» Lucas 2:51-52 (LBLA – destacado nuestro)

Por motivos del nacimiento de Jesús:
«
Y todos los que lo oyeron se maravillaron de las cosas que les fueron dichas por los pastores. Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón» Lucas 2:18-19 (LBLA – destacado nuestro)


1.3. Conclusión

Lucas nos trae un texto que muestra cómo Jesús crecía en gracia y sabiduría (inteligencia) delante de Dios y los Hombres, al punto de que aún un año antes de su «madurez» (reconocida por la tradición judía) ya cumplía perfectamente con sus obligaciones legales, éticas y religiosas. Este era el motivo por el que María, a pesar de la angustia, en lugar de reprochar a su hijo ATESORA dicho acontecimiento en su corazón.

2. ¿Mostrar enojo?

El autor de Escuela Sabática (Roy Adams) propone el estudio de tres eventos de aparente «enojo» por parte de Jesús. Así como en el caso anterior (cuando Jesús ser «pierde» por tres días, hallándose en el Templo de Jerusalén), la contextualización de los sucesos, y la enseñanza principal del texto es la guía fundamental para comprender los diferentes pasajes bíblicos. Es fácil y arriesgado caer en la especulación inconsciente cuando leemos pasajes como éstos.

2.1. Los tres pasajes planteados

No es, por tanto, casual que dichos acontecimientos y versículos propuestos por el autor sean parte de sinópticos, que seguramente serán de gran ayuda a la hora de comprender con plenitud sus enseñanzas.

2.1.1. Jesús sana a un muchacho epiléptico o lunático (Mt 17:14-21; Mc 9.14-29; Lc 9.37-43)

«Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico/lunático * y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. Y lo traje a tus discípulos y ellos no pudieron curarlo. Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá. Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento» Mateo 17:15-18 (LBLA – destacado nuestro)
* epiléptico según LBLA, lunático según la VRV 95 (los síntomas descritos pueden referirse a uno o a otro indistintamente).

Leyendo los sinópticos podemos percibir la razón por la que Jesús reprocha a sus discípulos. En primer lugar, el hombre que tenía a su hijo lunático o epiléptico primero intentó el saneamiento de su hijo con los discípulos. Sin embargo, un dato curioso es que éstos no estaban solos, allí había una multitud alrededor de ellos, e incluso algunos escribas que discutían con ellos.

«Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos«. Marcos 9:14 (LBLA – destacado nuestro)

¿Qué significa esto? Que el problema de fe de sus discípulos (que es, como veremos más adelante, el principal foco de enseñanza de este evento), no sólo afectaba a la sanación del lunático/epiléptico, sino que también afectaba al testimonio ante la multitud y escribas que allí aprovechaban para discutir.

El hecho de que los discípulos no hayan podido sanar al lunático/epiléptico se debía sólo a un motivo: falta de fe. Por ello, no sólo Jesús les dice a los discípulos «generación incrédula» (en el versículo 17 de Mateo), sino que también le dice al padre «Si puedes creer, al que cree todo le es posible» (Marcos 9:23 VRV 95):

«Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá» Mateo 17:17 (LBLA – destacado nuestro)

«Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: «¿Cómo si tú puedes?» Todas las cosas son posibles para el que cree. Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad» Marcos 9:22-24 (LBLA – destacado nuestro)

Jesús está queriendo transmitir, no sólo a los discípulos, sino a la multitud y al padre, que la fe es necesaria y suficiente para la sanación del lunático/epiléptico.

En este contexto Jesús utiliza la expresión «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá» del versículo 17 de Mateo

Por tanto debemos considerar lo siguiente:

1. La expresión «generación incrédula y perversa» es una referencia directa a Deuteronomio 32:5,20, por lo que era una referenica clara a su infidelidad y/o falta de fe.

2. La pregunta retórica «¿Hasta cuando estaré con vosotros?«, es una referencia directa a la inconsciencia e inmadurez de los discípulos respecto de su responsabilidad de actuar con fe para sanación de los necesitados y testimonio de los demás.

3. La pregunta retórica «¿Hasta cuando os tendré que soportar?«, podría referirse tanto a la paciencia manifestada por Jesús respecto de la inmadurez de sus discípulos, así como el «soporte» que Jesús debía ofrecer cada vez que ellos manifestaban falta de fe.

Teniendo en cuanta, por un lado, que existía un problema grave de falta de fe en los discípulos que traía problemas tanto para el necesitado como para la multitud que se privaba de testimonio, dando lugar, además, para que los escribas tengan la oportunidad de discutir (y probablemente acusar) , y por otro, que Jesús utiliza una expresión «hecha» del A.T (Deuteronomio), y luego dos preguntas retóricas para despertar la conciencia de sus discípulos, parece bajo este contexto, menos fuertes y muy justificadas sus palabras.

Por otro lado, en este caso, no debemos creer que había «enojo» tal como subjetivamente podemos interpretarlo cada uno de nosotros, según nuestras personalidades y temperamentos (sencillamente porque no todos nos «enojamos» de la misma manera), y mucho menos que dicho enojo era cercano o similar a la ira (que es lo que normalmente solemos pensar), estas ideas no pueden desprenderse bíblicamente de los textos estudiados. Recuerda que aquí se nos dice lo que dijo, pero no el cómo lo dijo. Esto es fundamental a la hora de «juzgar» lo que leemos

2.1.2. Jesús purifica el templo (Mt 21:12-13; Mc 11.15-19; Lc 19.45-48; Jn 2.13-22)

Fíjense que aquí tenemos un sinóptico completo (es decir un mismo hecho narrado en los cuatro evangelios). En este caso, tenemos no sólo palabras de Jesús, sino también acciones descritas en los diferentes textos sobre el mismo hecho. Cuando unimos todos los relatos complementarios, y «contamos» la historia unificado nos queda el siguiente texto, donde destacamos los dichos y hechos de Jesús (en base a los textos bíblicos en la versión LBLA).

«La Pascua de los judíos estaba cerca (Juan) llegaron a Jerusalén (Marcos), y Jesús subió a Jerusalén (Juan). Entró Jesús en el templo (Mateo), y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes (Juan), echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo (Mateo, Marcos y Lucas); desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas (Juan) de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas (Mateo y Marcos), y no permitía que nadie transportara objeto alguno a través del templo (Marcos). Y les enseñaba, diciendo (Marcos) «Escrito está: «MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACIÓN», pero vosotros la estáis haciendo CUEVA DE LADRONES»(Mateo, Marcos y Lucas); y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio. Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: EL CELO POR TU CASA ME CONSUMIRÁ. Entonces los judíos respondieron y le dijeron: Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras? Jesús respondió y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Entonces los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? Pero El hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado (Juan). Y en el templo se acercaron a El los ciegos y los cojos, y los sanó. Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les respondió: Sí, ¿nunca habéis leído: «DE LA BOCA DE LOS PEQUEÑOS Y DE LOS NIÑOS DE PECHO TE HAS PREPARADO ALABANZA»? (Mateo). Los principales sacerdotes y los escribas oyeron esto y buscaban cómo destruirle, porque le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de su enseñanza (Marcos). Y enseñaba diariamente en el templo, pero los principales sacerdotes, los escribas y los más prominentes del pueblo procuraban matarle; y no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de El, escuchándole. (Lucas) Y cuando atardecía, solían salir fuera de la ciudad, (Marcos) Y dejándolos, Jesús salió fuera de la ciudad, a Betania, y se hospedó allí (Mateo)». (Basado en los sinópticos en Mt 21:12-13; Mc 11.15-19; Lc 19.45-48; Jn 2.13-22 – LBLA – destacados nuestros)

En Éxodo 12.1-27 podéis leer sobre la institución de la Pascua, y cómo la misma era una «fiesta solemne de Jehová«. El relato en cuestión, tal como menciona Juan, se ubica cercana a una Pascua. Es por ello que los Judíos, y Jesús, subían a Jerusalén, y concretamente al Templo para preparar sus sacrificios e impuestos.

Según la VRV 95:

«En el atrio exterior del templo, donde podían entrar los no judíos, había comerciantes que vendían animales para los sacrificios y cambiaban monedas extranjeras (consideradas impuras) por monedas de Tiro, que eran las únicas que se aceptaban como ofrendas o en pago del impuesto del templo (Mt 17.24 n.). Este negocio, legítimo en sí mismo, se prestaba a graves abusos (v. 13)«.

Como puede verse en Mateo 17:24, cada varón judío debía pagar, según la tradición, un impuesto anual al templo a precio de dos dracmas (aprox. dos denarios romanos), el equivalente al salario de dos días de un campesino. Y como hemos visto en Éxodo 12.1-27, para la Pascua, también se requería de ciertos animales para sacrificios. Por ello en el atrio exterior del templo, donde podían entrar quienes no eran judíos, había comerciantes que vendían animales para los sacrificios y se cambiaban monedas aceptables para el pago del impuesto del templo (cf. Ex 30.13; 38.26).

El problema no estaba en el comercio en sí mismo, sino en haber convertido, tal como expresa Jesús, dicho comercio en «cueva de ladrones«, es decir, Jesús no esta echando comerciantes sino ¡LADRONES! (o lo que es lo mismo, comerciantes que aprovechaban para robar, engañar o cometer fraude en sus transacciones).

Bajo la solemnidad de la cercana fiesta de Pascua (fiesta sagrada), y los robos, engaños o hurtos (ambición humana y pecaminosa) es como deben interpretarse las acciones y apalabras de Jesús.

Algunas consideraciones respecto de sus palabras y hecho:

1. Jesús coge un «azote de cuerdas«: Muchos piensan, especulativamente, que Jesús cogió el azote y comenzó a «asustar» a los comerciantes. Esto es pura especulación. Lo más probable, aunque también especulativo, según el contexto que hemos leído, es que Jesús haya cogido el azote para «echar a las ovejas y bueyes«, y no a las personas (repasa las palabras de Juan sobre este hecho).

2. Jesús «desparramó las monedas» y volcó las sillas y las mesas: Jesús pretendía terminar con el «robo». Los «cambistas», eran los «banqueros» de la época (de ahí los «bancos» que Jesús vuelca). Es decir, Jesús debía eliminar todo «instrumento» de robo por eso vuelca los «bancos» (donde se sentaban los cambistas), y las «mesas» (donde se realizaban las transacciones, en este caso fraudulentas).

NOTA IMPORTANTE: Fíjate que en ningún momento Jesús ejerce violencia contra ningún ser humano. Y su «enojo» no era contra el pecador, sino contra el PECADO.

3. Por lo tanto, Jesús «les enseñaba» a las personas diciendo…: Efectivamente, Jesús luego, enseña con palabras, con reflexión y pensamientos.

Sus frases fueron:

A. «Escrito está: «MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACIÓN», pero vosotros la estáis haciendo CUEVA DE LADRONES»

B. «Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio«.

C. «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré»

D. «Sí, ¿nunca habéis leído: «DE LA BOCA DE LOS PEQUEÑOS Y DE LOS NIÑOS DE PECHO TE HAS PREPARADO ALABANZA»?

Es curioso como Jesús respetando las tradiciones judías, incluso atentaba contra el status quo mismo de la religión judía, dado que, mientras defiende «la casa de oración» (templo), a la vez consideraba su cuerpo como sustituto del mismo. ¡Cuánta sabiduría manifestaba Jesús, incluso en ocasiones aparentemente contradictorias!.

2.1.3. Jesús sana al hombre de la mano seca (Mc 3:1-5; Mt 12.9-14; Lc 6.6-11)

El último acontecimiento planteado por Roy Adams es el saneamiento del hombre de la mano seca, del que también disponemos de sinópticos. Aquí sí aparece la palabra «enojo», por tanto, veamos qué dice el texto, y qué conclusiones podemos desprender del mismo

Haremos los mismo que en el epígrafe anterior, contaremos la historia contemplando el conjunto de los sinópticos, que nos dicen los siguiente:

«Y en otro día de reposo (Lucas), otra vez entró Jesús en una sinagoga (Marcos) y enseñaba (Lucas); y había allí un hombre que tenía una mano derecha seca (Marcos y Lucas). Y los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba en el día de reposo, a fin de encontrar de qué acusarle. (Marcos y Lucas) Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? (Mateo). Pero El sabía lo que ellos estaban pensando. (Lucas) Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca? Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. (Mateo) Y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte aquí en medio (Marcos y Lucas) Y él, levantándose, se le acercó. (Lucas). Entonces les dijo: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar? (Marcos, Mateo y Lucas) Pero ellos guardaban silencio (Marcos) Y después de mirarlos a todos a su alrededor, (Lucas) con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana» (Marcos, Mateo y Lucas). Pero cuando los fariseos salieron, (Mateo) se llenaron de ira, y discutían entre sí qué podrían hacerle a Jesús (Lucas) confabulándose contra El, para ver cómo podrían destruirle (Mateo)» Marcos 3:1-5; Mateo 12:9-14; Lucas 6:6-11 (LBLA – destacado nuestro)

Cuando leemos la historia completa, uniendo toda la información que nos ofrece la Biblia sobre dicho acontecimiento, entonces, nuestra percepción cambia. Se abre un panorama que antes no eramos capaces de percibir. Es así como podemos comprender que el «enojo» de Jesús nada tiene que ver con lo que nosotros entendemos por «enojo» en nuestra vida cotidiana.

Veamos algunos datos relevantes que cambiarán profundamente nuestra posible especulación sobre el «enojo» de Jesús:

1. En el epígrafe 1.2. del comentario de la semana pasada hacíamos referencia a este relato, explicando cómo los fariseos y escribas buscaban algún punto débil en Jesús para acusarle. Por eso Lucas comienza diciendo «en otro día de reposo«, dado que los fariseos y escribas buscaban que Jesús sanara en Sábado y así conseguir sus objetivos.

2. El punto es que Lucas nos explica que «Jesús sabía lo que ellos estaban pensando«. Esto explica que su «indignación» no era infundada. Jesús no estaba molesto por la pregunta en sí misma, sino por las INTENCIONES malignas de quienes querían acusarle.

3. A la pregunta engañosa y con fines malignos «¿Es lícito sanar en el día de reposo?«, Jesús responde con otras preguntas «¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca?», «¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar?»

4. Los fariseos y escribas se quedaron MUDOS (Marcos dice que «guardaban silencio«). Esto es importante. Cuando uno detecta las intenciones malignas de quienes quieren acusarte es probable que se mantengan en silencio, tal como los fariseos y escribas hicieron con Jesús (un silencio que GRITABA a todas luces que sus intenciones no eran buenas). Es allí cuando Jesús, según Marcos, Mateo y Lucas «después de mirarlos a todos a su alrededor, con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana». Fíjate bien que, según los sinópticos, Jesús los mira con «enojo«, pero «entristecido por la dureza de sus corazones«. ¿Es el enojo por tristeza comparable, por ejemplo, a la ira que sintieron los fariseos cuando vieron que no podían acusarle? Evidentemente, no.

2.2. Conclusión final sobre el «enojo» de Jesús

Hemos analizado los tres episodios propuestos por Roy Adams, y comprobamos que lejos de ver en Jesús una reacción «irracional», movida por pasiones, egoísmos, furia e ira, su «enojo» era, en todos los sentidos, una indignación por la falta de fe (caso 1), por el pecado de hurto, robo y engaño con fines «religiosos» (caso 2), y por intenciones malignas de acusarle injustamente impidiendo cumplir con su misión de sanación y salvación al hombre.

Además de tener motivos que trascienden el 90% de nuestros «enojos» diarios, Jesús no reaccionó violentamente contra ningún ser humano, y sus acciones estuvieron movidas por el amor, la tristeza y la preocupación tanto por quienes deben ser sanados, como por quienes procuraban matarle.

3. ¿Destrucción de propiedades personales? (Mt 8:28-31; Mc 5.1-20; Lc 8.26-39)

El suceso sobre la liberación del/los endemoniado/s Gadareno/s, y la utilización de los 2.000 cerdos, realmente supone un problema sólo si especulamos sobre aspectos que no aparecen en el texto. Lo único que sabemos es que había unos 2000 cerdos paciendo y unos cuidadores. Pero no sabemos si éstos eran judíos o no, si eran dueños o empleados, si tenían verdadera posesión o no, etc.

Por otro lado, la utilización de los 2000 cerdos es un elemento secundario sobre el foco central del mensaje, respecto del poder y misericordia de Jesús para liberar a un/os hombre/es de una opresión prácticamente irreversible.

4. ¿Descuidar a los perseguidos?

Existe un error teológico muy común que consiste en interpretar, juzgar o sacar conclusiones de aquellas cosas que no están en la Biblia, y que entendemos que deberían estar. Creemos que Roy Adams, comete aquí un error similar. Si no aparece en la Biblia una visita de Jesús a Juan (Mateo 11:2-3), o si leemos que al ser preso (Juan), Jesús viaja a Galilea (Mateo 4:12)… no podemos deducir que ésto supone una conducta inapropiada por parte de Jesús, por los siguientes dos motivos básicos:

1. Jesús manda un mensaje a Juan en Mateo 11:5, que atendía la verdadera necesidad de Juan.

2. No sabemos, porque no está registrado, lo que Jesús hizo o no hizo, por y para Juan.

Preguntarnos, o hacer teología sobre cosas que ella no dice, son potencialmente peligrosas, dado que la especulación humana no tiene límites.

5. Acompañar a los indeseables

«Y sucedió que estando El sentado a la mesa en la casa, he aquí, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos«. Mateo 9:10 (LBLA – destacado nuestro)

Tal como dice la nota en la VRV 95, «para los fariseos, comer con los pecadores constituía un gesto de amistad y de aceptación. Cf. Lc 15.1-2; Jn 7.49«. Por eso decían de él, que era un «bebedor y glotón»

«Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: «Mirad, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores.» Pero la sabiduría se justifica por sus hechos» Mateo 11:19 (LBLA – destacado nuestro)

Nadie que no tergiverse las Escrituras puede decir de Jesús lo que decían los fariseos sobre la persona de Jesús. Jesús se acerca al hombre tal y como es, tal y como se encuentre. Este acercamiento misericordioso, si en algo se relaciona con su persona es en su amor y deseo de salvación.

6. El desafío de sus dichos

In 2008 2do Trimestre on May 7 , 2008 at 1:28 pm

Versículo se estudio propuestos para esta semana: Mateo 5:48; 18:21, 22; 19:3-12; Lucas 12:32-34; Juan 19:25-27


1. Acerca del matrimonio y la abstinencia

En realidad el tema de discusión en Mateo 19:3-12 no es tanto el matrimonio y la abstinencia, como la consideración del divorcio en el matrimonio. Primero veamos qué dice el texto, después analizaremos los puntos más importantes del mismo, y terminaremos con una conclusión bíblica sobre el asunto.

1.1. El texto bíblico de Mateo 19:3-12, dice:

«Y se acercaron a El algunos fariseos para probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo? Y respondiendo El, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio LOS HIZO VARÓN Y HEMBRA, y añadió: «POR ESTA RAZÓN EL HOMBRE DEJARA A su PADRE Y A su MADRE Y SE UNIRÁ A SU MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE»? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. Ellos le dijeron*: Entonces, ¿por qué mandó Moisés DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA? El les dijo*: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio. Los discípulos le dijeron*: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse. Pero El les dijo: No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado. Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte» Mateo 19:3-12 (LBLA – destacado nuestro)

Hemos destacado en negrita o subrayado los aspectos de análisis siguientes.

1.2. Breve análisis del texto

El primer punto importante, es que los que se acercan a Jesús son Fariseos, y lo hacen con una motivación declarada en el propio pasaje, «para tentarle» o «probarle» (Versículo 3, según versión RV95 o LBLA).

Jesús ha sido tentado o probado en reiteradas ocasiones, siempre para ser acusado:

A. Enfrentando a Jesús con la Ley de Moisés:
Preguntándole si era lícito repudiar mujer (tal como había mandado Moisés): Marcos 10:2, Mateo 19:3
Preguntándole si debían apedrear a la adúltera (tal como mando Moisés): Juan 8:3-7
Preguntándole si estaba permitido sanar en sábado: Mateo 12:10

B. Enfrentando a Jesús con temas prácticos de la vida cristiana:
Preguntándole si era lícito dar tributo a César: Mateo 22:17-19, Marcos 12:14-16, Lucas 20:22-24
Preguntándole cuál era el gran mandamiento de la Ley: Mateo 22: 34-36
Preguntándole qué debían hacer para heredar la vida eterna: Lucas 10:24-26

C. Enfrentando a Jesús con su propio potencial divino:
Pidiéndole señales del cielo: Mateo 16:1, Marcos 8:11, Lucas 11:16
Tentación del diablo en el desierto (convertir piedras en pan, pidiéndole que se lance hacia abajo para ser socorrido por los ángeles, pidiéndole adoración) : Mateo 4

Si os fijáis detenidamente, prácticamente en todas las ocasiones en las que Jesús fue tentado o probado para ser acusado se han tocado temas o circunstancias que incluso HOY nos resultan de difícil respuesta. Es decir, hoy nos preguntamos, por ejemplo, sobre cómo, cuándo y porqué es lícito el divorcio; cómo, cuándo y porqué es lícito castigar al adúltero o pecador; cómo cuándo y porqué es lícito sanar o cocinar en sábado; cómo, cuándo y porqué debemos dar tributo al Estado, etc. Nos seguimos preguntando cuál es la «esencia de la Ley» o Gran Mandamiento (y nos cuestionamos si es o no reducible a una sola Ley). Nos preguntamos cómo podemos conseguir la vida eterna en la práctica, si la fe es realmente suficiente, o si debemos preocuparnos por las obras. Y seguimos pidiendo señales del cielo para afirmar nuestra fe.

Con esto queremos mostrar simplemente, que cuando Jesús era tentado o probado para ser acusado, los Fariseos arremetían con cuestiones eminentemente difíciles en cuanto al IDEAL de la vida cristiana y la vida PRÁCTICA, del día a día.

Jesús sabía que los fariseos buscaban acusarle por cualquier cosa «ilegal» o incorrecta que hiciera o dijera. Cuando se acercaban a Él para acusarle, Jesús respondía de manera inteligente, pero no siempre explícitamente. Él no sacrificaría el IDEAL por la PRÁCTICA, y sin embargo, ofrecía ejemplos PRÁCTICOS para cumplir el IDEAL (aspecto este, que asombraba hasta a los más doctos)

Así, por ejemplo, cuando le trajeron la mujer adúltera para apedrearla (según indicaba la Ley judía), Jesús no se enfrentó a la Ley, sino que escribiendo en la arena, pidió que el que estuviera libre de pecado tirase la primera piedra (y así libró a la mujer de su condena). Cuando le preguntaron si era lícito sanar en sábado, Jesús no explicó si eso era o no un «trabajo», es decir, no entró en el problema conceptual que ellos tenían en mente, sino que explicó que era lícito hacer bien en sábado (y así sanó al de la mano seca).

De la misma manera, cuando le preguntan por el divorcio/repudio (autorizado por Moisés), los fariseos probablemente tenían en mente el problema conceptual que suponía Deuteronomio 24:1:

«Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa«

¿Qué significaba «algo reprochable«? De ahí la primer pregunta de los fariseos «¿Es lícito a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?» (Versículo 3). En otras palabras le estaban preguntando si «algo reprochable» (Dt. 24.1) podía ser «cualquier motivo» (Mt. 19.3)

Jesús, simplemente, responde diciendo que «lo que Dios juntó no lo separe el hombre«. Esta expresión sólo nos dice que no hay motivo exclusivamente humano para el divorcio (es decir, las voluntades humanas no son suficientes). Sin embargo, cabría preguntarse si lo que «Dios juntó puede ser separado por Dios mismo». Jesús en ningún momento dice que el divorcio es inconcebible.

En términos sencillos pero bíblicos, cuando un hombre y una mujer se unen y se hacen una sola carne, ¿se unen ellos, o los une Dios? Evidentemente, Jesús al explicar la razón de la creación del hombre y la mujer, y su consecuencia, nos dice que cuando un hombre y una mujer se unen (voluntad humana) Dios los une también haciéndolos una sola carne (ambas voluntades están en plena relación y actividad permanente. Es decir, la voluntad de la mujer, del hombre y de Dios). Ahora bien, cuando Jesús dice que «lo que Dios unió/juntó no lo separe el hombre«, se refiere a la voluntad divina de unión, no a la voluntad humana de convivencia o de estar juntos físicamente hasta la muerte.

¿Podría Dios, entonces, querer o permitir, que en determinadas circunstancias, una pareja se divorcie? Sí. Así responde Jesús a la segunda pregunta que le hacen los Fariseos en este sentido.

«¿por qué mandó Moisés DARLE CARTA DE DIVORCIO Y REPUDIARLA?» (versículo 7),

Jesús responde: «Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio» (versículo 9 – LBLA

Si es lícito el divorcio por causa de «infidelidad«, esto quiere decir, implícitamente que Dios no sólo permite la separación física y humana de la pareja, sino también la separación de la unión-carne, que Dios había instituido en la relación.

1.3. Primeras conclusiones

Para recapitular lo que hemos visto hasta aquí, podemos decir que:

1. Existe una voluntad humana (hombre y mujer) de querer estar juntos físicamente.
2. Existe, junto a la voluntad humana de unión, una voluntad divina que considera dicha unión física (punto 1) como «una sola carne«, y que el hombre no puede separar (repasa la lección «Adán y Eva: El ideal propuesto«, donde explicamos qué significa realmente «una sola carne«)
3. El divorcio implica que Dios puede dejar de considerar dicha unión como «una sola carne«, siempre que haya existido «infidelidad» (aunque el perdón y la restitución siempre debe ser considerado en una pareja cristiana. Ver Efesios 4:32 y la lección sobre Oseas y Gomer: Perdonar a la infiel).

Por tanto estamos frente a dos posibilidades:

1. El divorcio, que sólo es «permitido«, o considerado por Dios como tal, cuando existe «infidelidad«. En otras palabras, Dios deja de considerar a dicha pareja como «una sola carne«.

2. La separación, cuando una pareja, sin divorciarse, deciden dejar de convivir juntas (1 Corintios 7:10-11), pero ninguna vuelve a casarse. Es decir, cuando el acuerdo de voluntad humana de convivencia se rompe, pero Dios sigue considerándola «una sola carne» (puesto que ha habido una unión física indivisible por el hombre, y que sólo Dios considera «divisible» frente a la infidelidad/adulterio)

«A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido (pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer» 1 Corintios 7:10-11 (LBLA – destacado nuestro)

1.4 Últimas consideraciones

Hemos comprendido, por tanto, las dos opciones válidas bíblicamente que permiten la separación de una pareja (divorcio y separación). Evidentemente Dios «detesta el divorcio» (ver Malaquías 2:16), y su ideal, y el de todo cristiano, es el ser «una sola carne» hasta la muerte». Sin embargo, no debemos sacar de contexto a Malaquías 2:16, y pensar que esto obliga a toda pareja a permanecer junta incondicionalmente. Dios detesta el PECADO (cualquiera de ellos y con la misma intensidad, no sólo el divorcio), pero AMA al pecador. Por tanto, hasta aquí, es fácilmente comprensible, bíblicamente hablando, que tanto la separación, como el divorcio por infidelidad/adulterio, fueron contemplados por el Señor como opciones válidas para solucionar problemas de pareja. La convivencia incondicional de una pareja no es bíblica.

Si embargo, aún cabe una última reflexión. Para terminar de comprender de forma completa o íntegra el problema del «divorcio», debemos, contestar a una pregunta fundamental: ¿Qué significa «infidelidad»? ¿Quién determina dónde comienza y termina dicho pecado de «infidelidad»? ¿Qué significado tiene para Jesús dicho término? ¿Cómo lo utilizaba?

La mayoría de las versiones de la Biblia traducen esta palabra como «fornicación» (RV 60, RV 95, , «infidelidad» (LBLA, NVI) o «pecados sexuales» (BLS).

Sin embargo, el versículo en griego de Mateo 19:9 es el siguiente:

«λεγω δε υμιν οτι ος αν απολυση την γυναικα αυτου μη επι πορνεια και γαμηση αλλην μοιχαται«. ΚΑΤΑ ΜΑΤΘΑΙΟΝ 19:9 Greek NT: Westcott/Hort (en negrita hemos destacado la palabra que traducen como «infidelidad«, «fornicación» o «pecados sexuales«)

La palabra en griego traducida como «infidelidad» o «fornicación» es πορνεια (porneia) que incluye:

Primera acepción carnal: adulterio o incesto.
Segunda acepción espiritual: en términos figurados es la fornicación idólatra.

En este sentido existen dos posiciones respecto a la «infidelidad», y que Jesús expresa como única vía para el divorcio con aceptación divina (es decir, para que Dios considere que esa pareja ya no es «una sola carne«).

1. La primera posición ESTRECHA y bíblica, es que sólo por adulterio (es decir cualquier relación sexual extramatrimonial), o incesto (relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio) Dios puede considerar que la pareja ya no es «una sola carne«, y libera a la otra parte para un nuevo casamiento.

2. La segunda posición AMPLIA y también bíblica, la encontramos en las propia consideración del concepto de «adulterio» que Jesús utiliza en Mateo 5:27-30, y que dice así:

«Habéis oído que se dijo: «NO COMETERAS ADULTERIO.» Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno» Mateo 5:27-30 (LBLA – destacado nuestro)

Por tanto, la última consideración que podemos hacer al respecto radica en comprender que no es sólo el ACTO sexual explícito extramatrimonial el que Dios considera como «infidelidad» en Mateo 19.9, y que libera a la otra parte para un nuevo casamiento, sino que también el PENSAMIENTO (en este caso codicia) es considerado adulterio.

¿Debemos considerar estas palabras de Jesús como «metafóricas»?. De ninguna manera. El pecado es esencialmente la separación del Hombre y Dios. Jesús viene a decir que TODO PECADO (incluido el adulterio) comienza en la mente, y luego se consuma, normalmente, en acciones. Pero no es necesaria la consumación del acto deseado para ser considerado pecado. Las reflexiones que podemos sacar de todo esto son:

A. El pecado no tiene grados o niveles. Todo pecado «quiebre o ruptura de relación» es detestado por Dios.
B. Todos los hombre y mujeres somos pecadores.
C. El pecado de adulterio no es sólo el acto de la relación sexual extramatrimonial, sino que está en nuestra propia inclinación de separación de Dios, y se puede consumar en la propia mente (es decir, todos estamos en condiciones de cometer este pecado sin necesidad de que «se den las circunstancias» físicas).
D. No es lógico, desde el punto de vista cristiano, considerar el divorcio sólo por un pecado de adulterio (sea físico o mental). Dios nos ha dado ejemplo de haber perdonado a su pueblo «infiel», y Jesús de no condenar a la «adúltera». El perdón es la primer consideración que hace un cristiano frente a cualquier pecado (más aún de quien considera ser una carne en él).
E. Si alguien quiere divorciarse «por cualquier motivo«, seguramente encontrará «excusas» para ello. Pero la Biblia no está escrita para que el hombre encuentre excusas a sus deseos o pretensiones, sino para ayudarle a tener una mejor comunión con Dios y con los demás.
F. Y finalmente, ni el divorcio, ni la separación son el ideal de Dios. Sin embargo, ambos son contemplados como posibles frente a las infinitas circunstancias de convivencia que puede estar «sufriendo» la pareja. La convivencia incondicional no es bíblica.

Cada pareja e individuo (cristiano) debe valorar en la soledad con el Señor su situación personal y marital, y aprendiendo de Él, conseguir encontrar respuesta a la infinidad de situaciones difíciles que muchos matrimonios están viviendo en la sociedad actual. Quizá uno de los aspectos más importantes de todo este estudio, radique en no pretender considerar el problema del divorcio como un tema meramente «legal» (siendo así tarde o temprano se encontrarán razones para el mismo), sino que el matrimonio y el divorcio debe tratarse como una cuestión de AMOR, tal como Dios nos trata a nosotros. ¿No crees que Dios tiene excusas suficientes para «divorciarse» de todos nosotros?


2. Acerca del perdón

Roy Adams, nos propone una reflexión en el siguiente pasaje:

«Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo*: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» Mateo 18:21-22 (LBLA – destacado nuestro)

Y luego nos hace la siguiente pregunta:

«¿Está pidiendo Jesús que las víctimas de los actos horrendos perdonen no solo la primera vez que se cometió el acto, sino también la séptima? ¿Y está Diciendo él que Dios nunca perdonará a aquellos que se encuentran incapaces de perdonar a los demonios en carne humana que los cometen? El punto no es que no debemos perdonar. Más bien, es si no estaremos aplicando mal el consejo lleno de gracia del Señor cuando lo ponemos al servicio de la clase de atrocidades aterradoras mencionadas arriba» Lunes, 5 de mayo, pág. 46 (destacado nuestro)

No sabemos exactamente a qué se está refiriendo Roy Adams cuando hace esta declaración. Lo cierto, es que el perdón en la Biblia NO SE NIEGA A NADIE. Ni aún al más criminales de los seres humanos. Quizá el problema conceptual este en comprender qué significa perdonar, y como se relaciona este con el «daño» o «perjuicio» que traen dichos pecados sobre terceros.

Lo cierto es que si le preguntáramos a Jesús si debemos perdonar al mentiroso así como al asesino, él nos diría «Sí, porque tu no eres más que ninguna de ellos«. A los seres humanos que nos denominamos «cristianos» no nos gusta que se nos comparen con los «pecadores», y mucho menos con los asesinos. Sin embargo, Jesús vino a enseñarnos que TODOS SOMOS PECADORES, y que NO EXISTEN NIVELES DE PECADO (salvo aquel pecado que rechaza la completa influencia de Cristo en la vida del pecador, impidiendo recibir el perdón). Jesús quiere que comprendamos que el problema del pecado no radica en los «actos pecaminosos» sino en nuestro corazón (el de TODOS los seres humanos).

«Habéis oído que se dijo: «NO COMETERAS ADULTERIO.» Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón» Mateo 5:27-28 (LBLA – destacado nuestro)

«Habéis oído que se dijo a los antepasados: «NO MATARAS» y: «Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte.» Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: «Raca» a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: «Idiota», será reo del infierno de fuego» Mateo 5:21-22 (LBLA – destacado nuestro)

«Habéis oído que se dijo: «AMARAS A TU PROJIMO y odiarás a tu enemigo.» Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen» Mateo 5:43-44 (LBLA – destacado nuestro)

Por otro lado, no debemos olvidar que la expresión de Jesús «setenta veces siete» (o setenta y siete veces, como traducen otras versiones) se refiere a que no hay límite para ofrecer perdón, y que dicha expresión se explica seguidamente en la «Parábola de los dos deudores» o «Parábola del siervo que no quiso perdonar» (Mateo 18:23-34).

En dicha parábola queda claro que el Rey (Dios) perdonó a un siervo (Hombre) su deuda, y sin embargo éste inmediatamente después exigió el pago de la deuda de un consiervo (Hermano u otro hombre), sin ningun tipo de misericordia.

La enseñanza de Jesús radica en que así como Dios nos perdona TODO PECADO, nosotros debemos perdonar a quienes pecan contra nosotros.

Para completar nuestra reflexión, debemos comprender que un asesino merece el perdón de su pecado contra su prójimo, igual que el mentiroso, el ladrón, el adúltero o cualquier otra persona.

Sin embargo, Jesús no pretendía, aquí, enseñarnos cómo debemos legislar los daños y perjuicios producidos por dichos pecados hacia terceros. La restitución legal del daño ocasionado no implica, en absoluto, el rechazo al perdón. Mientras que el primero (el perdón para salvación) es una «legislación» divina, perfecta y universal, la segunda (la restitución o pena por daños y perjuicios) es una «legislación» humana, imperfecta y particular de cada caso, que también tiene su lógica y derecho dentro del entorno social en el que convivimos pero que no están necesariamente unidas.


3. Acerca de la riqueza y del dar

Sobre el «Joven rico» que en realidad era un «hombre dignatario y jefe judío», lee el siguiente comentario bajo el epígrafe 2, titulado «El hombre dignatario y prominente jefe judío que tenía muchas posesiones», en el siguiente vínculo: https://escuelasabatica.wordpress.com/2008/01/22/4-lecciones-de-los-candidatos-a-discipulos/


4. Acerca de la de perfección

El versículo propuesto por el autor, sobre el tema de la «perfección» es Mateo 5:48:

«Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto« Mateo 5:48 (LBLA – destacado nuestro)

En primer lugar dicho versículo se encuentra en el contexto del «amor a nuestros enemigos«. Jesús comienza diciendo, en el versículo 43 y 44:

«Habéis oído que se dijo: «AMARAS A TU PROJIMO y odiarás a tu enemigo.» Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen,» Mateo 5:43-44 (LBLA – destacado nuestros)

Por tanto, el contexto más inmediato nos dice que el «sed perfectos» está relacionado con el «amor« y no con la perfección humana entendida como «impecabildiad» (tal como algunos pretenden concluir).

Pero es el sinóptico de este pasaje, que se encuentra en Lucas 6:32-36, a través del cual podemos comprender cabalmente las palabras de Jesús (recuerda que el sinóptico cuenta el mismo hecho bajo las palabras de otro autor… y siempre son complementarios). Dice así:

«Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos la misma cantidad. Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es bondadoso para con los ingratos y perversos. Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso« Lucas 6:32-36 (LBLA – destacado nuestro

Resulta por tanto evidente que el «sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» de Mateo 5:49, es lo mismo que decir «Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso» de Lucas 6:36. La pregunta final que debemos hacernos es, ¿Es la misericordia necesaria para amar a nuestros enemigos? Por supuesto.

Por tanto, analizando el contexto más inmediato del versículo de Mateo, así como el sinóptico de Lucas, resulta esclarecedor el significado del concepto de la palabra «perfecto» utilizada por Jesús. Incluso, analizando el capítulo completo de Mateo 5, y la vida y libro completo de Mateo, la conclusión es aún más contundente (pero por motivos de espacio y tiempo no nos extenderemos en ello, dado que lo presentado es suficiente para su comprensión).

Finalmente, recalcar que la «perfección humana» entendida como «impecabilidad» no es enseñada en estos versículo, y sólo si lo sacamos del contexto podemos llegar a semejantes conclusiones.


5. Acerca de la familia

Sobre la familia y los versículos propuestos por el autor para este día, lee el siguiente comentario: Epígrafe 1 titulado «El escriba… y alguno más que dicen querer seguir a Jesús», en el siguiente vínculo: https://escuelasabatica.wordpress.com/2008/01/22/4-lecciones-de-los-candidatos-a-discipulos/

4. La sabiduría en sus enseñanzas

In 2008 2do Trimestre on abril 23 , 2008 at 11:31 am

Versículos de estudio propuestos para esta semana: Mateo 5-7; 20:25-28; Juan 4:22-24; 8:1-11

1. El sermón más grande

El autor nos invita a reflexionar sobre las enseñanzas del Sermón del Monte (Mateo 5-7)

El Sermón del Monte de Mateo 5-7, tienen su paralelo en Lucas 6:20-49.

El versículo 1 y 2 del capítulo 5 comienza diciendo:

«Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a El. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:» Mateo 5:1-2 (LBLA – destacado nuestro)

Tal como dice el comentario de la VRV 95´, «la actitud de «sentarse» era la que adoptaban los rabinos y maestros religiosos cuando enseñaban«. Jesús habría de enseñar a la multitud verdades que sólo son comprensibles a través del Espíritu Santo. Las «bienaventuranzas«, que significa «dichoso, feliz o digno de ser felicitado«, vienen a enseñarnos básicamente que las apariencias engañan. Que no todo lo que en el mundo parece «bueno», lo es realmente. Y que aquello que puede resultar o parecer «doloroso», «malo» o «no deseado» por nadie, por el contrario, puede formar parte de las razones de felicidad o «mérito de ser felicitado«. Por ello, si comprendes las bienaventuranzas y las vives en tu diario existir, puedes sentirte «felicitado por Dios». Veamos a continuación las «paradojas» que Jesús quiere que comprendamos:

1.1. Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos: Si la pobreza es la cualidad de «pobre», y «pobre» significa, 1. adj. Necesitado, que no tiene lo necesario para vivir. U. t. c. s, podríamos decir que: «pobres de espíritu» son aquellos que tienen un «espíritu» que no tiene lo necesario para vivir. En otras palabras, son personas que reconocen que su espíritu no puede aferrarse a nada conocido, material o metafísico, para vivir. Este es el principio de la humildad, y el único que deja lugar a que sea Dios mismo quien colme al espíritu humano de lo que este verdaderamente necesita… por esto, de ellos es el reino de los cielos.

1.2. Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados: Sólo el necesitado puede recibir de Dios, lo que éste tiene para ofrecerle. El llanto, el dolor y el sufrimiento no son cosas que Dios desee para los seres humanos (recuerda que Él lo eliminará definitivamente: «El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado» Apocalipsis 21:4 – LBLA), sin embargo, muchas veces el llanto, el dolor o el sufrimiento en esta vida, es un signo o síntoma de «impotencia humana». De alguna manera, cuando los hombres y las mujeres lloran, están diciendo «Ni yo, ni nadie puede solucionarlo«. Normalmente son llantos que «las circunstancias» que están fuera del dominio del Hombre, le arrancan al espíritu humano. Es allí, cuando Dios consuela, porque sólo Él puede hacerlo, y así, estas personas llegan a ser «dichosos» de comprobar la bondad y plenitud de Dios.

1.3. Bienaventurados los humildes/mansos, pues ellos heredarán la tierra: Recuerda lo que Dios le dijo al pueblo de Israel, respecto de la herencia y su relación con la humildad: «Cuídate de no olvidar al SEÑOR tu Dios dejando de guardar sus mandamientos, sus ordenanzas y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no sea que cuando hayas comido y te hayas saciado, y hayas construido buenas casas y habitado en ellas, y cuando tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y tu plata y oro se multipliquen, y todo lo que tengas se multiplique, entonces tu corazón se enorgullezca, y te olvides del SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto de la casa de servidumbre» (Deuteronomio 8:11-20 – LBLA – destacado nuestro). Existe sólo un camino a la herencia de la tierra (nueva), y consiste básicamente en reconocer que NO SOMOS DIGNOS DE ELLA. «Dichosos» o «felicitaciones» a todos aquellos que no creen que son dignos de heredar la «tierra». «Dichosos» o «felicitaciones» a todos aquellos que saben que no hay nada en ellos que los hace dignos delante de Dios.

1.4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados: Cuando el Hombre siente que algo le falta, se manifiesta en una NECESIDAD. Esa «necesidad», inmediatamente se transforma en un DESEO. Y el «deseo» finalmente moviliza todos los recursos al alcance del Hombre para conseguir SACIAR dicha carencia. La justicia debe percibirse como una carencia Humana. Debe manifestarse en una NECESIDAD que se transforme en un DESEO, y que a su vez movilice al Hombre en la búsqueda de todo recurso para SACIARLA. Entonces, y sólo entonces, la verdadera «Justicia» se presenta en la propia mano de Dios.

1.5. Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia: Según el DRAE «misericordioso» significa « 1. adj. Que se conduele de los trabajos y miserias ajenos. U. t. c. s.«. La misericordia humana, no es una «ayuda desde una posición de superioridad», sino más bien «desde una posición de igualdad». El hombre misericordioso, es aquel que ofrece amor, perdón y bondad, porque reconoce que él también la necesita. Así, el «misericordioso» recibe misericordia eterna.

1.6. Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios: ¿Existe algún ser humano que tenga un verdadero corazón limpio? No. El corazón humano no estará «verdaderamente limpio» hasta que Jesús vuelva y transforme el alma humana. Salmos 24:3-4 nos ayuda a comprender el significado de «limpio corazón«. «¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su Lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas ni ha jurado con engaño» (LBLA – destacado nuestro). Es decir, es «limpio de corazón» aquel que no ha inclinado su «alma a cosas vanas» (dioses ajenos y vacíos. Ver Salmos 115:4-8), y quienes no tienen espíritu de «engaño» (dicen una cosa y hacen otra). La VRV 95`dice: «Los de limpio corazón: es decir, los que son sinceros, sin malicia ni doblez en su actitud para con Dios y con el prójimo. Cf. Sal 24.3-4«.

1.7. Bienaventurados los que procuran la paz/pacificadores, pues ellos serán llamados hijos de Dios: Salmos 34:14 dice: «Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela«; y Proverbios 12:20, «Hay engaño en el corazón de los que traman el mal, y gozo en los consejeros de paz«. Quienes procuran la paz, según hemos visto en los versículos de Salmos, deben hacerlo, necesariamente, apartándose del mal y haciendo el bien. Es por ello que serán llamados «hijos de Dios«, porque nadie que no sea «hijo de Dios» puede hacer bien.

Después de haber comentado estas «bienaventuranzas«, a continuación lee la última de la lista, y percibe cómo son «dichosos» y «felicitados» los perseguidos que creer en Jesús:

«Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros» Mateo 5:10-12 (LBLA – destacado nuestro)

Los «pobre en espíritu«, «los que lloran«, «los humildes y mansos«, «los que tienen hambre y sed de justicia«, «los misericordiosos«, «los limpios de corazón«, «los pacificadores» y «los perseguidos por su nombre» tienen un común denominador, todos son «dichosos» o «felicitados» por reconocer que no hay nada en el hombre que pueda saciar la verdadera necesidad de la vida humana, salvo en Dios. Y esto sólo se consigue por medio de la fe.

2. Lo que Jesús enseño acerca de Dios, el perdón y la humildad en la GRACIA por medio de la FE

La FE es el común denominador de las «bienaventuranzas«. Por medio de la FE, a través de la GRACIA divina, el hombre consigue SALVACIÓN. Jesús enseñó que Dios dejó en sus manos la salvación del hombre (Juan 10:27-30) y que a su vez los reconoce, a todos ellos, como sus hijos (Mateo 5:8-9). También enseñó que busca ser adorado por los adoradores de espíritu (Juan 4:22-24), y que ofrece el reino de los cielos, incluso, a los niños (Mateo 18:5, 6, 10; 19:13, 14). Todo esto queda perfectamente resumido y contenido en el conocido versículo de Juan 3:16-17:

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El» Juan 3:16-17 (LBLA – destacado nuestro)

Si Dios te amó, ofreció a su Hijo, dejó en sus manos tu salvación, te perdona y pide sólo que creas en Él para recuperar (re-ligar / religión) una relación perfecta con tu Padre, ¿Cuánto menos que responder con humildad a este llamado, perdonando y actuando de la misma manera con el prójimo, no para la gloria de uno mismo, sino por y para la suya?

ÉSTA Y NO OTRA, ES LA SABIDURÍA MÁS IMPORTANTE DE LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS. ¿Y PORQUÉ ES ÚNICA Y ESPECIAL?, Hechos 4:11-13 lo explica claramente:

«Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos» Hechos 4:11-13 (LBLA – destacado nuestro)

Que Dios los bendiga, y Jesús sea vuestro salvador todos los días.

3. La realidad de su humanidad

In 2008 2do Trimestre on abril 17 , 2008 at 1:48 pm

Versículos de estudio para esta semana: Gálatas 4:4; 1 Timoteo 2:5; 3:16; Hebreos 4:15,16; 1 Juan 4:1-3

1. Introducción

Esta semana ofrecemos un comentario genérico sobre la lección. Nos resulta imprescindible clarificar el problema actual de quienes entienden que existe un «misterio» sobre la naturaleza de Cristo, y en base a ella especulan sobre sus consecuencias teológicas.

La semana pasada hemos estudiado la preexistencia del Hijo de Dios, Jesús (el Cristo) y su divinidad. Hoy estudiaremos que Jesús también era HUMANO. ¿Significa esto que existe una contradicción en las Escrituras, al describir a Jesús como divino y humano a la vez?

Tal como avanzamos la semana pasada, el problema sobre la naturaleza de Cristo es aún un problema actual. Dentro de la Iglesia existen hermanos que parecen tener como centro del evangelio la «naturaleza de Cristo». Creen que sólo comprendiendo correctamente este misterio (es decir, desvelándolo) es posible comprender la esencia del evangelio. Veremos cómo estos problemas sólo surgen cuando intentamos ir más allá de lo que nos ofrecen las Escrituras. Por tanto, hoy veremos cómo las Escrituras afirman innegablemente que Jesús era un hombre como tu y como yo, y cómo sin embargo, esto no supone ningún problema a la vida cristiana y a nuestra salvación.

2. ¿De qué tipo de misterio estamos hablando?

Para comprender mejor qué hacer y cómo interpretar los «misterios» derivado de las Escrituras, que acechan a la mente humana, es conveniente identificar EL TIPO DE MISTERIO del que estamos hablando. Básicamente, existen DOS TIPOS O CLASES DE MISTERIOS:

A) Misterio reconocido por la Biblia y que cumple una función dentro del contexto bíblico.
B) Misterio no reconocido por la Biblia y que no cumple ninguna función dentro del contexto bíblico.

Por ejemplo, A) existe el «misterio de la iniquidad» (o del mal), pero se nos dice explícitamente que esto es un «misterio«, y que tiene solución (ver. 2 Tesalonicenses 2:7). Es decir, es un misterio bíblico, que la mente humana no comprende, pero que tiene un sentido dentro del contexto bíblico (o historia de la salvación). Sin embargo, B) existe el misterio del «sexo de los ángeles«, que no está reconocido como tal en la Biblia, y que no cumple ninguna función en el contexto Bíblico, y no tienen ninguna relación con la historia de la salvación humana.

En otras palabras, existen verdaderos «misterios» en la Biblia, que el hombre no puede comprender, pero que son reconocidos como tales, y que tienen una función o contexto bíblico muy claro. Mientras que existen otros «misterios» que no están explicitados en la Biblia, sino que son ESPECULACIONES HUMANAS, y por tanto sin función ninguna. Esta segunda clase de «misterios» (B), es tremendamente dañina y peligrosa, dado que la especulación humana sobre estos asuntos derivan, tarde o temprano, en doctrinas o creencias EXTRA-BÍBLICAS que terminan afectando al día a día del cristiano que se adhiere a ellas.

El misterio bíblico, o verdad conocida (pero no explicada), respecto de Jesús, radica en la idea de que Dios se ha encarnado haciéndose semejante a nosotros, para sufrir nuestro merecido, y así salvar a la humanidad. Es decir, existe un misterio que la Biblia llama «misterio de piedad«, que consiste en la PREOCUPACIÓN DE DIOS POR CADA UNO DE LOS SERES HUMANOS al punto de hacerse como nosotros para SALVARNOS. Así lo dicen las Escrituras:

«Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» Juan 1:14 (LBLA – destacado nuestro)

«E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: El fue manifestado en la carne, vindicado en el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria» 1 Timoteo 3:16 (LBLA – destacado nuestro)

«Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados» Mateo 1:21 (LBLA – destacado nuestro)

«aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús, quien se dio a sí mismo por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SI UN PUEBLO PARA POSESIÓN SUYA, celoso de buenas obras» Tito 2:13-14 (LBLA – destacado nuestro)

Por tanto el «misterio de la piedad», relacionada íntimamente con el misterio de la «encarnación« es un misterio bíblico, pero se nos dice claramente que dicho suceso tiene un sentido sotereológico o salvífico. Nadie puede dudar, Biblia en mano, que el «Hijo de Dios» se encarnó para salvar al hombre, a pesar de que no podamos comprenderlo racionalmente.

Sin embargo, y en contraste, cuando los críticos discuten sobre la «naturaleza de Cristo«, estamos frente a un problema muy diferente. El misterio de la «naturaleza de Cristo«, NO ES BÍBLICO, no está relacionado con el contexto bíblico, y no tiene ninguna importancia para la salvación del hombre. A continuación explicamos dichas afirmaciones.

3. El «misterio de la naturaleza de Cristo» no tiene ninguna relevancia bíblica

A. No es bíblico: El misterio de la «naturaleza de Cristo» no es bíblico, porque no se explicita en ningún sitio de las Escrituras que dicha naturaleza sea un misterio, y qué función tendría para nosotros. Evidentemente existían, básicamente, dos grupos de personas 1) quienes creían que Jesús era el Hijo de Dios, y 2) quienes creían que era un simple hombre que se hacía pasar por el «Hijo de Dios». Pero esto no tiene nada que ver con la NATURALEZA de Cristo (sino más bien con la FE, y con la interpretación profética de las Escrituras). Es decir, en la Biblia, los CREYENTES simplemente creían que Jesús era el Hijo de Dios, pero no existe una controversia bíblica sobre su «naturaleza«. No existe un cuestionamiento bíblico sobre si Jesús era divino 100% o humano 100%, o divino/humano en 50%, o divino/humano 100%, etc. Todas estas conjeturas, que llegaron hasta nuestros días, surgieron por meras especulaciones humanas, extrabíblica.

B. No está relacionada con el contexto bíblico: El contexto bíblico nos dice explícitamente que Dios enviaría al Mesías para salvación de la humanidad. Los Judíos esperaban la llegada del Mesías que traería paz, libertad y salvación al hombre (pero nunca se cuestionaron cómo sería su naturaleza). Los primeros cristianos (en su mayoría judíos) comprendieron que dicho Mesías era Jesús, el Cristo, y tampoco se cuestionaron cómo era su naturaleza. Por tanto, ¿porqué debemos nosotros cuestionar el tipo de naturaleza que tenía Jesús, cuando ésta ni fue revelada, ni juega ningún papel bíblico para nuestra salvación?

C. No tiene ninguna importancia para la salvación del hombre: En un intento de querer «defender» a Jesús, algunos teólogos (como el autor de Escuela Sabática) arguyen que Jesús «cedió sus atributos divinos» y que dichos atributos divinos «permanecieron en Él, pero no los uso» (ver página 24 del folleto). Lamentablemente cae en el mismo error de quienes pretenden explicar porqué Jesús era «Dios con apariencia de hombre, pero sin ser hombre realmente«, o quienes dicen que era un «hombre sin divinidad». La reflexión que debemos hacernos es, ¿debemos buscar explicaciones al problema de la «naturaleza de Cristo«, aún cuando éstas no están reveladas en las Escrituras? LA RESPUESTA ES NO. No importa si la argumentación es para «defender» a Jesús, un cristiano debe comprender que NUNCA debe responder con ESPECULACIONES (aún con las mejores intenciones). Sencillamente no encontramos en las Escrituras, ninguna justificación para empeñarnos en conocer cómo era la naturaleza de Cristo, y además, desconocer este «misterio», no afecta en absoluto a nuestra salvación (aunque algunos se empeñen en decir lo contrario).

4. ¿Cómo debemos comprender y abordar el tema de la «naturaleza de Cristo»?

Para abordar correctamente este asunto, debemos pensar en dos términos (que son los utilizados por quienes entienden que la correcta comprensión de la naturaleza de Cristo determina o afecta a nuestra salvación).

A) ¿Qué dice la Biblia sobre la salvación del hombre?
B) ¿Qué dice la Biblia sobre la divinidad y humanidad de Jesús?

A) Sobre el primer punto tenemos que Romanos 10:9 y 1 Juan 4:15 dicen que,

«si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo» Romanos 10:9 (LBLA-destacado nuestro

«Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios» 1 Juan 4:15 (LBLA-destacado nuestro)

La salvación radica en confesar que Jesús es el SEÑOR y/o HIJO DE DIOS. En ningún momento se nos dice en la Biblia que la salvación radique en confesar que «Jesús es Señor y/o Hijo de Dios bajo una naturaleza X»

B) Sobre el segundo punto, la Biblia dice que,

«En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios» Juan 1:1 (LBLA-destacado nuestro) – ver comentario de la semana pasada (El misterio de su Divinidad)

«Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado. Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna» Hebreos 4:15-16 (LBLA – destacado nuestro)

La Biblia dice que Jesús era el SEÑOR y/o el HIJO DE DIOS, y que era HOMBRE (al punto de haber sido tentado en todo como nosotros). El aspecto más importante de la humanidad de Jesús, radica en el hecho de haber sido tentado de la misma manera que hoy lo somos nosotros. En otras palabras, que en cuanto a lo relativo a nuestra salvación, Él vivió y fue tentado, exactamente como nosotros.

Por tanto, y concluyendo, la Biblia nos dice sencillamente, y así debemos aceptarlo, que:

A) Jesús era Dios (Juan 1:1)
B) Jesús era Hombre (Hebreos 4:15-16)
C) Que la salvación consiste, precisamente, en reconocer a Jesús como Señor y/o Hijo de Dios (Romanos 10:9 y Juan 4:15)

No existe ninguna evidencia bíblica para justificar que Jesús era 100% humano, 100% divino, 100% humano/divino, 50% humano y 50% divino, o cualquier otra fórmula humana. Tampoco existe justificación bíblica para decir que Jesús cedió sus atributos divinos, o que los poseía pero no los usaba. Fuere como fuere su naturaleza, NO AFECTA EN ABSOLUTO LA VERDAD DEL EVANGELIO NI ES IMPRESCINDIBLE PARA LA SALVACIÓN (por el contrario, este «misterio especulativo humano» sigue minando la fe y la verdad elemental del evangelio

5. Conclusión final

La Biblia deja bien claro que existe el «misterio de la piedad« que está íntimamente relacionada con la encarnación (1 Timoteo 3:16) para salvación del hombre. Esto es un misterio bíblico no revelado, pero cierto, y con sentido salvífico. Pero la Biblia no dice nada sobre la «naturaleza de Cristo«. No se cuestiona en qué proporción Jesús es humano o divino, y si es uno u otro, y qué implicancias tiene esto para nuestra salvación. Toda esta cuestión es un MISTERIO INVENTADO POR EL HOMBRE. Una especulación sin sentido salvífico y tremendamente peligrosa, en cuanto son necesarios métodos y fuentes EXTRABÍBLICAS para derivar aglún tipo de conclusión. Por tanto, la discusión sobre la «naturaleza de Cristo» es exactamente la misma que podíamos tener sobre el «sexo de los ángeles (y ésta no es preocupación de ningún cristiano)»

2. El misterio de su divinidad

In 2008 2do Trimestre on abril 10 , 2008 at 12:28 pm

Versículo propuestos por el autor para el estudio de esta semana: Isaías 9:6; Miqueas 5:2; Mateo 16:13-17; Juan 1:1, 14, 18, 8:58; 17:5; 20:28; 1 Corintios 1:3; 2 Corintios 13:14

1. Un contexto adecuado

El misterio de la divinidad (y humanidad) de Cristo tiene una historia y un trasfondo en el cristianismo en general, y dentro de la Iglesia Adventista en particular, un tanto peculiar. Existe una divergencia de criterios dentro del a Iglesia, respecto de la NATURALEZA DE CRISTO.

Esta divergencia no es de poca monta. El tema de la naturaleza de Cristo (su divinidad y/o humanidad) puede transformarse, dicen algunos, en el centro del mensaje para los últimos tiempos. Y partiendo de la comprensión o definición del mismo, toda la teología, de la noche a la mañana, cambia radicalmente.

No es casualidad que el autor de escuela sabática, Roy Adams (tal como hemos comentado en la introducción), haya estudiado este tema. Escribió un libro para intentar aclarar las confusiones respecto de este tema dentro de la iglesia, dado que parece confundir las mentes de muchos creyentes. Este libro se tituló “La naturaleza de Cristo: su relación con el pecado, la justicia y la perfección” (ver aquí). En él se estudias las diferentes posturas al respecto.

Después de haber estudiado varias de las posiciones existentes, hemos llegado a la conclusión de que existe una extrema ESPECULACIÓN EXTRA-BÍBLICA sobre este asunto. Y dicha especulación es la que está trayendo problemas no sólo teológicos dentro de la Iglesia, sino también prácticos en cuanto a cómo vivir la vida cristiana.

La única solución respecto de la CRISTOLOGÍA (o teología sobre cristo, y la preocupación actual sobre la «naturaleza de Cristo») radica en basar nuestras conclusiones exclusivamente en las Escrituras. Y eso es lo que procuraremos hacer con estas lecciones. Mientras repasamos las lecciones, tened un pensamiento presente: La Naturaleza de Cristo es un MISTERIO NO REVELADO. Por tanto, debemos tener mucho cuidado con las conclusiones y especulaciones humanas sobre este tema.

Por tanto, iremos estudiando lo que la Biblia dice sobre Cristo, sin procurar interpretar más allá del propio texto bíblco (evidentemente en sus contextos). Esta semana hablaremos, entonces, sobre su divinidad.

2. La preexistencia

La preexistencia de Cristo es la creencia de que la persona de Jesús no fue CREADA en el momento de la concepción de María, sino que existía desde antes de la encarnación (al punto de ser co-eterno con el Padre).

Algunos «cristianos» creen que Jesús fue CREADO por Dios (ya sea en la concepción de María o en algún momento de la eternidad), mientras que otros consideran que Jesús fue CREADOR (junto con el Padre) de todo lo que existe, desde el principio. Por tanto ¿Qué dice la Biblia?

2.1. Comencemos por el A.T.

La venida del Hijo de Dios a la tierra ya estaba profetizada en el Antiguo Testamento.

«Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz» Isaías 9:6 (LBLA – destacado nuestro)

El comentario de la VRV 95´nos dice:

«Hijo nos ha sido dado: Cuando el rey de Judá tomaba posesión del trono, se convertía en hijo de Dios por adopción (véanse 2 S 7.14; Sal 2.7 nota g; 89.26-27). Por eso, buena parte de los intérpretes modernos consideran que aquí no se trata del nacimiento físico del heredero real, sino de su nacimiento como rey, es decir, de su entronización. Más tarde, cuando el pueblo de Israel ya no tuvo más reyes, este pasaje fue reinterpretado a la luz de Is 7.14; Miq 5.2-3, y referido al nacimiento del Mesías. Véase la Introducción a los Salmos» (destacado nuestro).

De la misma manera ya había sido revelada su preexistencia

«Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad» Miqueas 5:2 (LBLA – destacado nuestro)

Mateo 2:1-6 utiliza este texto de Miqueas 5:2, para demostrar que el nacimiento de Jesús en Judea, se correspondía con dicha profecía. Es decir, que hacía referencia al Mesías. Este texto de Miqueas expresa claramente, incluso antes del nacimiento de Jesús, que Cristo era preexistente.

2.2. Evidencias en el NT

Pero no sólo el Antiguo Testamento demuestra la PREEXISTENCIA del Mesías (es decir, que Jesús no sería simplemente un hombre especial escogido por Dios, sino más bien Dios mismo encarnado o «Dios con nosotros»), sino que también el Nuevo Testamento así lo atestigua:

«Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos» Hebreos 1:1-4 (LBLA – destacado nuestro)

Este texto no deja lugar a dudas. Si Dios hizo el universo por medio de su Hijo, es evidente que su Hijo existió antes de la concepción de María, y al menos desde el momento de la creación del mundo. Cuando la Biblia dice que «heredó todas las cosas» o que «heredó un nombre más excelente que los ángeles«, éstas son expresiones judías que hacían referencia a la relación Padre-Hijo de la época, y que como tal ayudaban a los contemporáneos a comprender la estrecha relación de las personas de la divinidad.

Es evidente que la «herencia» del Hijo no es una herencia real, en el sentido de que heredaría todas las cosas con la muerte de su Padre (concepto humano de herencia). Esto no tiene base bíblica alguna, además que pensar esto sería una absoluta herejía (es decir, DRAE «Error en materia de fe, sostenido con pertinacia«). De la misma manera, y por las mismas razones, pensar que el Hijo, por ser «hijo», fue CREADO por Dios, es una herejía inconsistente bíblicamente (pensad, por ejemplo, que así como Jesús fue llamado «Hijo de Dios», también fue llamado «Hijo del Hombre», y recibió decenas de títulos diferentes).

Algunos cristianos arguyen que Cristo fue creado en algún momento de la eternidad, pero dicha ESPECULACIÓN es puramente humana (no existe nada en las Escrituras que nos lleve a pensar, ni mucho menos sostener, dicha creencia).

Por tanto, la única conclusión coherente y bíblica, es deducir que Cristo es preexistente a su encarnación y con una existencia que, por el momento podemos afirmar que al menos se remonta hasta la creación (en algún momento de la eternidad indetermiando).

Pero sigamos estudiando, veamos que dice el siguiente texto.

«El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El. Y El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen. El es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y El es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que El tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud, y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos» Colosenses 1:15-20 (LBLA – destacado nuestro).

Si Hebreos no dajaba lugar a dudas respecto de la preexistencia de Crsito, Colosenses, como hemos leído, es aún más claro. El comentario de la VRV95`nos dice:

«Primogénito de toda creación: Cristo es anterior y superior a la creación. El título primogénito (véase Lc 2.7 nota g) resalta la primacía de Cristo, en contraste con ciertas ideas que, al parecer, se estaban difundiendo en Colosas (véase Introducción). Cf. Jn 1.1-2; 2 Co 4.4; Heb 1.2-4″.

Como pueden ver, la discusión sobre la naturaleza, primacía o autoridad de Cristo era un tema de discusión en tiempos de la Iglesia de Colosas. ¡Y aún hoy persiste!.

Sin embargo, estas expresiones «todo ha sido creado por medio de El y para El (…) El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen (…) El es el principio», no dejan lugar a dudas, Cristo no sólo es preexistente, sino CREADOR, SOSTENEDOR de la creación, y el PRINCIPIO de todas las cosas (es decir que tiene exactamente las mismas cualidades de Dios Padre).

Más adelante veremos que Juan sintetiza esta realidad aún de manera más contundente. Pero es importante ir paso a paso en este estudio.

3. Otros textos que revelan la preexistencia de Cristo en el Nuevo Testamento.

El propio Jesús declara haber existido incluso ANTES de que el mundo existiera.

«Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera» Juan 17:5 (LBLA – destacado nuestro

«Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo» Juan 8:23 (LBLA)

«Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy» Juan 8:58 (LBLA)

Por tanto, incluso, Cristo se reconoce a sí mismo como preexistente.

3.1. Ahora bien, ¿implica esto que su preexistencia es ETERNA, es decir desde siempre? ¿O existe la posibilidad de que Cristo haya sido creado en algún momento de la eternidad?

Bien. Ésta es la pregunta clave. Existen evidencia bíblicas para comprender que su preexistencia es eterna, y que no fue creado en algún momento de la eternidad antes de la creación, tal como sostienen algunos «cristianos».

En Génesis 1:1 se comienza diciendo «En el principio…..» haciendo referencia al comienzo indeterminado, dentro de la eternidad, de la existencia de todas las cosas conocidas por el hombre. La frase «creó Dios» utiliza el termino Eloim que es plural (aludiendo a que no fue sólo el Padre quien creó el mundo).

Juan lo deja bastante claro, cuando declara respecto de Jesús, que:

«En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho» Juan 1:1-3 (LBLA – destacado nuestro)

Este versículo no sólo dice que en aquel principio (del Génesis) Cristo (llamado el Verbologos; v. 1,14; cf. también 1 Jn 1.1; Ap 19.13) estaba con Dios, sino que además ERA DIOS. Por tanto, la revelación bíblica sigue siendo muy clara respecto de la preexistencia ETERNA de Cristo.

Además existe otro argumento que tiene que ver con el propio uso de las Escrituras. Las Escrituras hablan de un «principio» (de las cosas). Ese principio es evidentemente indeterminado, dado que hablamos de una eternidad que no tiene realmente principio. Por tanto ESPECULAR que la existencia de Cristo puedo haberse CREADO en algún momento de la eternidad (antes de la creación) es pura fantasía humana. Volvemos a repetir, no existe ninguna razón o argumentación bíblica para afirmar esta creencia.

4. Contradicciones aparentes

El autor nos propone el estudio de Juan 3:16 como una «aparente contradicción».

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna» Juan 3:16 (LBLA – destacado nuestro)

La palabra unigénito algunos la interpretan como «único engendrado«. Por tanto, deducen que si fue «engendrado», Cristo fue CREADO en algún momento. Esta interpretación, además de contradecir los epígrafes bíblicos que hemos explicado anteriormente, no está contemplando el verdadero significado del término. Prestemos atención al análisis del término monogenés.

4.1. Monogenés/μονογενῆ en el Nuevo Testamento

La palabra unigénito en griego es monogenés. Veamos el texto en griego

16

La palabra μονογενῆ (número 9 en la imagen) se pronuncia «monogenés«, y se ha traducido como «engendrado«. Efectivamente, tal como comenta el autor de escuela sabática, esta palabra griega aparece 9 veces en en N.T. Estos son los versículos en cuestión:

1. Juan 1:14 = «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad«

2. Juan 1:18 = «Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer«

3. Juan 3:16 = «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna«

4. Juan 3:18 = «El que cree en El no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios«

5. 1 Juan 4:9 = «En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El«

6. Lucas 7:12 = «Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, he aquí, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella«

7. Lucas 8:42 = «porque tenía una hija única, como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras El iba, la muchedumbre le apretaba«

8. Lucas 9:38 = «Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo,«

9. Hebreos 11:17 «Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo«

Por tanto, tenemos: 5 versículos que se refieren a Jesús (en Juan y 1 de Juan), 3 que se refieren a otras personas (en Lucas), y 1 que se refiere a Isaac, hijo de Abraham (en Hebreos).

4.2. Análisis de los textos que contienen la palabra μονογενῆ/monogenés

Analizando los diferentes contextos del término, podemos llegar a la conclusión clara y evidente de que Cristo era el unigénito en el sentido de ser el único en su especie (es decir, con capacidad de perdonar pecados y salvar al hombre). Pero veamos detenidamente la evidencia.

4.2.1. LUCAS

Si nos fijamos en los textos de Lucas, notamos que dice: a) «hijo único de su madre«, b) «porque tenía una hija única«, c) «mi hijo, pues es el único que tengo«. El significado básico y elemental de monogenés, es ÚNICO. Es decir, tal como describe el Diccionario de la Real Academia Española: «1. adj. Solo y sin otro de su especie«.

Así concluimos que, tener un hijo «μονογενῆ/monogenés» significa tener un único hijo (es decir, que fuera de él NO HAY OTRO).

4.2.2. HEBREOS

En Hebreos, se nos dice que Abraham ofreció a Isaac, su único hijo (Hebreos 11:7). Sin embargo, Gálatas 4:22 dice que Abraham tuvo ¡DOS HIJOS!.

«Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de la sierva y otro de la libre» Gálatas 4:22 (LBLA – destacado nuestro)

¿Cómo es posible que si Abraham tuvo dos hijos, en Hebreos se diga que Isaac era su «único hijo»?

¡Porque efectivamente Isaac era el ÚNICO hijo que habría de cumplir con la promesa que Dios había transmitido a Abraham!.

Si recordáis la historia de Abraham, él tuvo un hijo con la esclava Agar para intentar «ayudar» a Dios en su cometido de tener un hijo que cumpliría la promesa recibida (Ver Abraham y Sara: la fe puesta a prueba e Isaac y Rebeca: criando rivales). Dios debe aclarar, explícitamente, que el «hijo de la promesa» era Isaac, y no Ismael (Génesis 21:12). Por tanto Isaac era su ÚNICO hijo (porque no había otro en el que se pudiera cumplir la promesa)

4.2.3. JUAN Y 1 JUAN

Cuando en Juan y en 1 de Juan se dice: a) «gloria como del como del unigénito del Padre»; b) «el unigénito Dios (…) le ha dado a conocer«; «c) que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda«; d) El que cree en El no es condenado (…) en el nombre del unigénito Hijo de Dios»; e) «ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El«, se está refiriendo, en todas ellas, claramente a la UNICIDAD de Cristo, como ser único en su especie. Es decir, sólo un μονογενῆ/monogenés (un ser único en su especie) puede dar a conocer la gloria del padre, salvar al hombre, y vivir por medio de Él (sería una absoluta contradicción pensar que todo esto lo puede hacer un ser engendrado o creado, además de la contradicción propia del término). En definitiva se aplica aquí el concepto monogenés que se le dió a Isaac (único = especial), y a la vez el de Lucas como (único = no hay otro), pero bajo ningún concepto el significado de ser engendrado o creado.

4.2.4. Conclusión de la unicidad de Cristo

En Lucas claramente se hace referencia al término en cuanto a la unicidad de los hijos. En Hebreos, y en relación a la historia de Abraham vemos claramente cómo se utiliza el término «único» en el sentido de único, no por cantidad sino por «calidad», es decir un ser especial, y no en el sentido de «único engendrado o creado» (dado que Abraham tenía dos hijos verdaderamente engendrados). Y por último, y en consonancia con esta realidad bíblica, en Juan y 1 de Juan, resulta evidente que Cristo es μονογενῆ/monogenés en el sentido de UNICIDAD, es decir único en su especie capaz de salvar al hombre del pecado.


5. La divinidad de Cristo

Entendiendo todo lo anterior, nos es más fácil comprender la divinidad de Cristo. Dado que Cristo era el único (μονογενῆ/monogenés) en su especie, capaz de salvar al hombre, y éste atributo es exclusivamente divino, no resulta en absoluto sorprendente que sólo DIOS puede realizar semejante obra. Pero veamos los textos propuestos por el autor de escuela sabática para comprender su divinidad.

5.1. Textos bíblicos

«En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: «PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS.» Mateo 3:1-3

«En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios«. Juan 1:1 (LBLA – destacado nuestro)

«Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer» Juan 1:18 (LBLA – destacado nuestro)

«Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!» Juan 20:28 (LBLA – destacado nuestro)

5.2. Argumentos a favor de la divinidad de Cristo

Existen varios argumentos a favor de la divinidad de Cristo, además de ser el «único en su especie«.

A. Cristo tenía autoridad para perdonas pecados (Marcos 2:10), cosa que los judíos sabían perfectamente que este era un atributo exclusivamente divino (Marcos 2:6-8)

B. La VRV 95´ dice que «Mateo 3:3 se cita a Isaías 40:3, donde el Señor es el nombre divino; Mateo parece aplicarlo directamente a Jesús«. Juan 1:1 es innegablemente claro. El verbo (logos) no sólo estaba con Dios, sin que «era Dios».

C. Juan 1:1 es extremadamente claro al decir que el «Verbo era Dios«. Y recordad que el «Verbo» se reconoce en la persona de Jesús en Juan 1: 14 «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (LBLA – destacado nuestro)

D. Fue reconocido incluso por sus discípulos (Juan 20:28).

E. Y existen textos esclarecedores como estos:

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: HE AQUI, LA VIRGEN CONCEBIRA Y DARA A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRAN POR NOMBRE EMMANUEL, que traducido significa: DIOS CON NOSOTROS” Mateo 1:22-23 (LBLA – destacado nuestro)

«Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años» Apocalipsis 20:6 (LBLA- destacado nuestro)

«Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán» Apocalipsis 22:3 (LBLA – destacado nuestro)


6. Conclusión final

No existe ningún fundamento bíblico para creer que Cristo fue creado y/o que no era Dios mismo. Por el contrario, tenemos suficientes evidencias bíblicas que apoyan la doctrina de la preexistencia de Cristo, la co-eternidad con el Padre, y su divinidad.

13. Modelos de discipulado

In 2008 1er Trimestre on marzo 27 , 2008 at 11:14 am

Agradecimiento especial a Dios y a vosotros

Hemos llegado al final de este primer trimestre del 2008. Estamos agradecidos a Dios y a todos vosotros porque la iniciativa «Más allá de la Escuela Sabática» ha conseguido sus primeras 30.000 visitas en tan sólo 10 meses (desde que comenzamos en junio del 2007). Hemos llegado así, a una media superior a 3.000 visitas mensuales, o lo que es lo mismo, 9.000 visitas por trimestre.

Queremos darles las sinceras gracias por visitarnos cada semana y reclamar nuestros comentarios cuando estos se atrasan. Nos gustaría seguir recibir vuestros comentarios, sugerencias o críticas para hacer mejor nuestro trabajo.

Gracias!.

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Introducción

Dado que con esta lección terminamos este primer trimestre, nos gustaría saltarnos el esquema tradicional de nuestros comentarios, y ofreceros un texto reflexivo y personal sobre nuestro discipulado «interior«, y su relación con la «Iglesia«.

El autor de escuela sabática nos comenta que:

«Creemos y sugerimos claramente que así como las tareas de hacer discípulos, enseñar, adiestrar, y nutrir estaban en el centro del ministerio de Jesús, también deberían ser centrales en la misión de cada iglesia en el siglo XXI» Miércoles 26 de marzo «La Iglesia», pág. 101, 2º párrafo (destacado nuestro)

El autor propone la compasión, el perdón, y la atención y consideración hacia los desechados, marginados y discriminados como una función individual apoyada en otros, que con el mismo espíritu (la Iglesia), persiguen un mismo objetivo (cumplir la voluntad del Señor). ¿Comprendemos plenamente lo que esto significa?

La realidad descrita a lo largo de esta semana es innegable en las Escrituras. No hay más que ver lo que Jesús ha hecho en nosotros (y en todas las personas que se cruzaron por su camino) para comprender el verdadero sentido de la compasión, el perdón, y la atención a los desechados, marginados y discriminados de la sociedad.

Personalmente creemos que sí COMPRENDEMOS lo que significa. Al menos racionalmente. ¿Pero qué hay de nuestros sentimiento, de nuestra fe, de nuestro comportamiento? ¿Qué nos falta?

Todos los que llevamos un tiempo más o menos considerable dentro de la iglesia sabemos, y debemos reconocerlo públicamente, que NOS FALTA ALGO. Qué es eso que nos falta, y por qué nos falta, son preguntas fundamentales para los que pretendemos ser discípulos de Cristo.

Repasemos los temas de la lección de esta semana, pero centrándonos en nuestro más profundo ser interior, y a través de preguntas. Quizá, como ya hemos adelantado, este comentario sea «poco útil» para enseñar ante vuestros alumnos de Escuela Sabática, pero esperamos que la reflexión personal sea fructífera y bendecida.

Reflexionad sobre esto.


1. Lunes: Compasión y perdón

A. ¿Por qué no actuamos compasivamente con quienes cometen pecados en la iglesia?
B. ¿Por qué en lugar de perdonar, castigamos reiteradamente al pecador? ¿Por qué nos castigamos a nosotros mismos?
C. ¿Por qué sólo nos compadecemos de nuestros seres queridos y no tanto del prójimo más «lejano»?
D. ¿Por qué lloramos cuando nos roban un objetivo preciado, pero no cuando decidimos «borrar» a un hermano de iglesia?

2. Martes: Los desechados y marginados

A. ¿Por qué en lugar de atender a los «desechados» y «marginados», somos nosotros quienes desechamos y marginamos a otros (incluso dentro de la iglesia)?
B. ¿Por qué no aceptamos al otro «tal cual es» o «tal cual viene a Jesús»?
C. ¿Por qué consideras que los «marginados» y «desechados» son inferiores?
D. ¿Por qué crees que los «marginados y desechados» necesitan atención pero no tienen «derechos»?
E. ¿Por qué no atendemos a las «victimas» de nuestras propias instituciones?
F. ¿Por qué crees que el pastor no puede ser también un «marginado y desechado»? ¿Por qué crees que no merece también tu compasión y perdón?

3. Miércoles: Diversidad y discriminación

A. ¿Por qué crees que la «unidad en la diversidad» brilla por su ausencia en la iglesia?
B. ¿Por qué en lugar de potenciar la diversidad, discriminamos con nuestras opiniones y actos dentro y fuera de la iglesia?
C. ¿Por qué crees que la Iglesia Adventista es la única «salva»?
D. ¿Por qué discriminas a los que pertenecen a otras religiones?
E. ¿Por qué tienes «miedo» a la diversidad?

4. Jueves y viernes: La Iglesia y el factor de oración

La clave de todas estas preguntas no está en cuestionar por qué la «iglesia» es así, sino más bien, por qué YO SOY y ACTÚO ASÍ.

Todo discípulo de Jesús finalmente reconoce que él es la Iglesia. Que la «Iglesia» no se cambia, no se regula, y no se administra… el que debe cambiar, regularse o administrarse soy YO, bajo la directriz única y exclusiva de Jesús.

Un verdadero discípulo, termina orando así:

«Jesús, cambia mi vida y cambiará mi Iglesia. Amén.» (Un discípulo)