Versículo propuestos por el autor para el estudio de esta semana: Isaías 9:6; Miqueas 5:2; Mateo 16:13-17; Juan 1:1, 14, 18, 8:58; 17:5; 20:28; 1 Corintios 1:3; 2 Corintios 13:14
1. Un contexto adecuado
El misterio de la divinidad (y humanidad) de Cristo tiene una historia y un trasfondo en el cristianismo en general, y dentro de la Iglesia Adventista en particular, un tanto peculiar. Existe una divergencia de criterios dentro del a Iglesia, respecto de la NATURALEZA DE CRISTO.
Esta divergencia no es de poca monta. El tema de la naturaleza de Cristo (su divinidad y/o humanidad) puede transformarse, dicen algunos, en el centro del mensaje para los últimos tiempos. Y partiendo de la comprensión o definición del mismo, toda la teología, de la noche a la mañana, cambia radicalmente.
No es casualidad que el autor de escuela sabática, Roy Adams (tal como hemos comentado en la introducción), haya estudiado este tema. Escribió un libro para intentar aclarar las confusiones respecto de este tema dentro de la iglesia, dado que parece confundir las mentes de muchos creyentes. Este libro se tituló “La naturaleza de Cristo: su relación con el pecado, la justicia y la perfección” (ver aquí). En él se estudias las diferentes posturas al respecto.
Después de haber estudiado varias de las posiciones existentes, hemos llegado a la conclusión de que existe una extrema ESPECULACIÓN EXTRA-BÍBLICA sobre este asunto. Y dicha especulación es la que está trayendo problemas no sólo teológicos dentro de la Iglesia, sino también prácticos en cuanto a cómo vivir la vida cristiana.
La única solución respecto de la CRISTOLOGÍA (o teología sobre cristo, y la preocupación actual sobre la «naturaleza de Cristo») radica en basar nuestras conclusiones exclusivamente en las Escrituras. Y eso es lo que procuraremos hacer con estas lecciones. Mientras repasamos las lecciones, tened un pensamiento presente: La Naturaleza de Cristo es un MISTERIO NO REVELADO. Por tanto, debemos tener mucho cuidado con las conclusiones y especulaciones humanas sobre este tema.
Por tanto, iremos estudiando lo que la Biblia dice sobre Cristo, sin procurar interpretar más allá del propio texto bíblco (evidentemente en sus contextos). Esta semana hablaremos, entonces, sobre su divinidad.
2. La preexistencia
La preexistencia de Cristo es la creencia de que la persona de Jesús no fue CREADA en el momento de la concepción de María, sino que existía desde antes de la encarnación (al punto de ser co-eterno con el Padre).
Algunos «cristianos» creen que Jesús fue CREADO por Dios (ya sea en la concepción de María o en algún momento de la eternidad), mientras que otros consideran que Jesús fue CREADOR (junto con el Padre) de todo lo que existe, desde el principio. Por tanto ¿Qué dice la Biblia?
2.1. Comencemos por el A.T.
La venida del Hijo de Dios a la tierra ya estaba profetizada en el Antiguo Testamento.
«Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz» Isaías 9:6 (LBLA – destacado nuestro)
El comentario de la VRV 95´nos dice:
«Hijo nos ha sido dado: Cuando el rey de Judá tomaba posesión del trono, se convertía en hijo de Dios por adopción (véanse 2 S 7.14; Sal 2.7 nota g; 89.26-27). Por eso, buena parte de los intérpretes modernos consideran que aquí no se trata del nacimiento físico del heredero real, sino de su nacimiento como rey, es decir, de su entronización. Más tarde, cuando el pueblo de Israel ya no tuvo más reyes, este pasaje fue reinterpretado a la luz de Is 7.14; Miq 5.2-3, y referido al nacimiento del Mesías. Véase la Introducción a los Salmos» (destacado nuestro).
De la misma manera ya había sido revelada su preexistencia
«Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad» Miqueas 5:2 (LBLA – destacado nuestro)
Mateo 2:1-6 utiliza este texto de Miqueas 5:2, para demostrar que el nacimiento de Jesús en Judea, se correspondía con dicha profecía. Es decir, que hacía referencia al Mesías. Este texto de Miqueas expresa claramente, incluso antes del nacimiento de Jesús, que Cristo era preexistente.
2.2. Evidencias en el NT
Pero no sólo el Antiguo Testamento demuestra la PREEXISTENCIA del Mesías (es decir, que Jesús no sería simplemente un hombre especial escogido por Dios, sino más bien Dios mismo encarnado o «Dios con nosotros»), sino que también el Nuevo Testamento así lo atestigua:
«Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, siendo mucho mejor que los ángeles, por cuanto ha heredado un nombre más excelente que ellos» Hebreos 1:1-4 (LBLA – destacado nuestro)
Este texto no deja lugar a dudas. Si Dios hizo el universo por medio de su Hijo, es evidente que su Hijo existió antes de la concepción de María, y al menos desde el momento de la creación del mundo. Cuando la Biblia dice que «heredó todas las cosas» o que «heredó un nombre más excelente que los ángeles«, éstas son expresiones judías que hacían referencia a la relación Padre-Hijo de la época, y que como tal ayudaban a los contemporáneos a comprender la estrecha relación de las personas de la divinidad.
Es evidente que la «herencia» del Hijo no es una herencia real, en el sentido de que heredaría todas las cosas con la muerte de su Padre (concepto humano de herencia). Esto no tiene base bíblica alguna, además que pensar esto sería una absoluta herejía (es decir, DRAE «Error en materia de fe, sostenido con pertinacia«). De la misma manera, y por las mismas razones, pensar que el Hijo, por ser «hijo», fue CREADO por Dios, es una herejía inconsistente bíblicamente (pensad, por ejemplo, que así como Jesús fue llamado «Hijo de Dios», también fue llamado «Hijo del Hombre», y recibió decenas de títulos diferentes).
Algunos cristianos arguyen que Cristo fue creado en algún momento de la eternidad, pero dicha ESPECULACIÓN es puramente humana (no existe nada en las Escrituras que nos lleve a pensar, ni mucho menos sostener, dicha creencia).
Por tanto, la única conclusión coherente y bíblica, es deducir que Cristo es preexistente a su encarnación y con una existencia que, por el momento podemos afirmar que al menos se remonta hasta la creación (en algún momento de la eternidad indetermiando).
Pero sigamos estudiando, veamos que dice el siguiente texto.
«El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El. Y El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen. El es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y El es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que El tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud, y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos» Colosenses 1:15-20 (LBLA – destacado nuestro).
Si Hebreos no dajaba lugar a dudas respecto de la preexistencia de Crsito, Colosenses, como hemos leído, es aún más claro. El comentario de la VRV95`nos dice:
«Primogénito de toda creación: Cristo es anterior y superior a la creación. El título primogénito (véase Lc 2.7 nota g) resalta la primacía de Cristo, en contraste con ciertas ideas que, al parecer, se estaban difundiendo en Colosas (véase Introducción). Cf. Jn 1.1-2; 2 Co 4.4; Heb 1.2-4″.
Como pueden ver, la discusión sobre la naturaleza, primacía o autoridad de Cristo era un tema de discusión en tiempos de la Iglesia de Colosas. ¡Y aún hoy persiste!.
Sin embargo, estas expresiones «todo ha sido creado por medio de El y para El (…) El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen (…) El es el principio», no dejan lugar a dudas, Cristo no sólo es preexistente, sino CREADOR, SOSTENEDOR de la creación, y el PRINCIPIO de todas las cosas (es decir que tiene exactamente las mismas cualidades de Dios Padre).
Más adelante veremos que Juan sintetiza esta realidad aún de manera más contundente. Pero es importante ir paso a paso en este estudio.
3. Otros textos que revelan la preexistencia de Cristo en el Nuevo Testamento.
El propio Jesús declara haber existido incluso ANTES de que el mundo existiera.
«Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera» Juan 17:5 (LBLA – destacado nuestro
«Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo» Juan 8:23 (LBLA)
«Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy» Juan 8:58 (LBLA)
Por tanto, incluso, Cristo se reconoce a sí mismo como preexistente.
3.1. Ahora bien, ¿implica esto que su preexistencia es ETERNA, es decir desde siempre? ¿O existe la posibilidad de que Cristo haya sido creado en algún momento de la eternidad?
Bien. Ésta es la pregunta clave. Existen evidencia bíblicas para comprender que su preexistencia es eterna, y que no fue creado en algún momento de la eternidad antes de la creación, tal como sostienen algunos «cristianos».
En Génesis 1:1 se comienza diciendo «En el principio…..» haciendo referencia al comienzo indeterminado, dentro de la eternidad, de la existencia de todas las cosas conocidas por el hombre. La frase «creó Dios» utiliza el termino Eloim que es plural (aludiendo a que no fue sólo el Padre quien creó el mundo).
Juan lo deja bastante claro, cuando declara respecto de Jesús, que:
«En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho» Juan 1:1-3 (LBLA – destacado nuestro)
Este versículo no sólo dice que en aquel principio (del Génesis) Cristo (llamado el Verbo – logos; v. 1,14; cf. también 1 Jn 1.1; Ap 19.13) estaba con Dios, sino que además ERA DIOS. Por tanto, la revelación bíblica sigue siendo muy clara respecto de la preexistencia ETERNA de Cristo.
Además existe otro argumento que tiene que ver con el propio uso de las Escrituras. Las Escrituras hablan de un «principio» (de las cosas). Ese principio es evidentemente indeterminado, dado que hablamos de una eternidad que no tiene realmente principio. Por tanto ESPECULAR que la existencia de Cristo puedo haberse CREADO en algún momento de la eternidad (antes de la creación) es pura fantasía humana. Volvemos a repetir, no existe ninguna razón o argumentación bíblica para afirmar esta creencia.
4. Contradicciones aparentes
El autor nos propone el estudio de Juan 3:16 como una «aparente contradicción».
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna» Juan 3:16 (LBLA – destacado nuestro)
La palabra unigénito algunos la interpretan como «único engendrado«. Por tanto, deducen que si fue «engendrado», Cristo fue CREADO en algún momento. Esta interpretación, además de contradecir los epígrafes bíblicos que hemos explicado anteriormente, no está contemplando el verdadero significado del término. Prestemos atención al análisis del término monogenés.
4.1. Monogenés/μονογενῆ en el Nuevo Testamento
La palabra unigénito en griego es monogenés. Veamos el texto en griego
La palabra μονογενῆ (número 9 en la imagen) se pronuncia «monogenés«, y se ha traducido como «engendrado«. Efectivamente, tal como comenta el autor de escuela sabática, esta palabra griega aparece 9 veces en en N.T. Estos son los versículos en cuestión:
1. Juan 1:14 = «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad«
2. Juan 1:18 = «Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer«
3. Juan 3:16 = «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna«
4. Juan 3:18 = «El que cree en El no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios«
5. 1 Juan 4:9 = «En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El«
6. Lucas 7:12 = «Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, he aquí, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella«
7. Lucas 8:42 = «porque tenía una hija única, como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras El iba, la muchedumbre le apretaba«
8. Lucas 9:38 = «Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo,«
9. Hebreos 11:17 «Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo«
Por tanto, tenemos: 5 versículos que se refieren a Jesús (en Juan y 1 de Juan), 3 que se refieren a otras personas (en Lucas), y 1 que se refiere a Isaac, hijo de Abraham (en Hebreos).
4.2. Análisis de los textos que contienen la palabra μονογενῆ/monogenés
Analizando los diferentes contextos del término, podemos llegar a la conclusión clara y evidente de que Cristo era el unigénito en el sentido de ser el único en su especie (es decir, con capacidad de perdonar pecados y salvar al hombre). Pero veamos detenidamente la evidencia.
4.2.1. LUCAS
Si nos fijamos en los textos de Lucas, notamos que dice: a) «hijo único de su madre«, b) «porque tenía una hija única«, c) «mi hijo, pues es el único que tengo«. El significado básico y elemental de monogenés, es ÚNICO. Es decir, tal como describe el Diccionario de la Real Academia Española: «1. adj. Solo y sin otro de su especie«.
Así concluimos que, tener un hijo «μονογενῆ/monogenés» significa tener un único hijo (es decir, que fuera de él NO HAY OTRO).
4.2.2. HEBREOS
En Hebreos, se nos dice que Abraham ofreció a Isaac, su único hijo (Hebreos 11:7). Sin embargo, Gálatas 4:22 dice que Abraham tuvo ¡DOS HIJOS!.
«Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de la sierva y otro de la libre» Gálatas 4:22 (LBLA – destacado nuestro)
¿Cómo es posible que si Abraham tuvo dos hijos, en Hebreos se diga que Isaac era su «único hijo»?
¡Porque efectivamente Isaac era el ÚNICO hijo que habría de cumplir con la promesa que Dios había transmitido a Abraham!.
Si recordáis la historia de Abraham, él tuvo un hijo con la esclava Agar para intentar «ayudar» a Dios en su cometido de tener un hijo que cumpliría la promesa recibida (Ver Abraham y Sara: la fe puesta a prueba e Isaac y Rebeca: criando rivales). Dios debe aclarar, explícitamente, que el «hijo de la promesa» era Isaac, y no Ismael (Génesis 21:12). Por tanto Isaac era su ÚNICO hijo (porque no había otro en el que se pudiera cumplir la promesa)
4.2.3. JUAN Y 1 JUAN
Cuando en Juan y en 1 de Juan se dice: a) «gloria como del como del unigénito del Padre»; b) «el unigénito Dios (…) le ha dado a conocer«; «c) que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda«; d) El que cree en El no es condenado (…) en el nombre del unigénito Hijo de Dios»; e) «ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El«, se está refiriendo, en todas ellas, claramente a la UNICIDAD de Cristo, como ser único en su especie. Es decir, sólo un μονογενῆ/monogenés (un ser único en su especie) puede dar a conocer la gloria del padre, salvar al hombre, y vivir por medio de Él (sería una absoluta contradicción pensar que todo esto lo puede hacer un ser engendrado o creado, además de la contradicción propia del término). En definitiva se aplica aquí el concepto monogenés que se le dió a Isaac (único = especial), y a la vez el de Lucas como (único = no hay otro), pero bajo ningún concepto el significado de ser engendrado o creado.
4.2.4. Conclusión de la unicidad de Cristo
En Lucas claramente se hace referencia al término en cuanto a la unicidad de los hijos. En Hebreos, y en relación a la historia de Abraham vemos claramente cómo se utiliza el término «único» en el sentido de único, no por cantidad sino por «calidad», es decir un ser especial, y no en el sentido de «único engendrado o creado» (dado que Abraham tenía dos hijos verdaderamente engendrados). Y por último, y en consonancia con esta realidad bíblica, en Juan y 1 de Juan, resulta evidente que Cristo es μονογενῆ/monogenés en el sentido de UNICIDAD, es decir único en su especie capaz de salvar al hombre del pecado.
5. La divinidad de Cristo
Entendiendo todo lo anterior, nos es más fácil comprender la divinidad de Cristo. Dado que Cristo era el único (μονογενῆ/monogenés) en su especie, capaz de salvar al hombre, y éste atributo es exclusivamente divino, no resulta en absoluto sorprendente que sólo DIOS puede realizar semejante obra. Pero veamos los textos propuestos por el autor de escuela sabática para comprender su divinidad.
5.1. Textos bíblicos
«En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: «PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS.» Mateo 3:1-3
«En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios«. Juan 1:1 (LBLA – destacado nuestro)
«Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer» Juan 1:18 (LBLA – destacado nuestro)
«Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!» Juan 20:28 (LBLA – destacado nuestro)
5.2. Argumentos a favor de la divinidad de Cristo
Existen varios argumentos a favor de la divinidad de Cristo, además de ser el «único en su especie«.
A. Cristo tenía autoridad para perdonas pecados (Marcos 2:10), cosa que los judíos sabían perfectamente que este era un atributo exclusivamente divino (Marcos 2:6-8)
B. La VRV 95´ dice que «Mateo 3:3 se cita a Isaías 40:3, donde el Señor es el nombre divino; Mateo parece aplicarlo directamente a Jesús«. Juan 1:1 es innegablemente claro. El verbo (logos) no sólo estaba con Dios, sin que «era Dios».
C. Juan 1:1 es extremadamente claro al decir que el «Verbo era Dios«. Y recordad que el «Verbo» se reconoce en la persona de Jesús en Juan 1: 14 «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (LBLA – destacado nuestro)
D. Fue reconocido incluso por sus discípulos (Juan 20:28).
E. Y existen textos esclarecedores como estos:
“Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: HE AQUI, LA VIRGEN CONCEBIRA Y DARA A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRAN POR NOMBRE EMMANUEL, que traducido significa: DIOS CON NOSOTROS” Mateo 1:22-23 (LBLA – destacado nuestro)
«Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años» Apocalipsis 20:6 (LBLA- destacado nuestro)
«Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán» Apocalipsis 22:3 (LBLA – destacado nuestro)
6. Conclusión final
No existe ningún fundamento bíblico para creer que Cristo fue creado y/o que no era Dios mismo. Por el contrario, tenemos suficientes evidencias bíblicas que apoyan la doctrina de la preexistencia de Cristo, la co-eternidad con el Padre, y su divinidad.