Reflexiones Cristianas

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12. Misión y comisión

In 2008 1er Trimestre on marzo 20 , 2008 at 2:19 pm

Versículo propuestos por el autor para el estudio de esta semana: Mateo 25:31-46; Marcos 16:14-20; Lucas 24:36-53; Juan 3:14-19; Romanos 5:6-10; 1 Corintios 5:7; 15:3, 4; Gálatas 1:4; 1 Pedro 2:22-25


1. El drama del fin del tiempo y el discipulado

El autor propone una pregunta fundamental. Si la Biblia es clara respecto de la salvación sólo por fe ¿Cómo se debe comprender las palabras de Jesús en el Sermón del Monte de los Olivos cuando que se encuentra en Mateo 25:31-46?

1.1 El texto

«Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con El, entonces se sentará en el trono de su gloria; y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. «Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.» Entonces los justos le responderán, diciendo: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? «¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos?«¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?» Respondiendo el Rey, les dirá: «En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.» Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. «Porque tuve hambre, y no me disteis de comer, tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.» Entonces ellos también responderán, diciendo: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o como forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?» El entonces les responderá, diciendo: «En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mí lo hicisteis.» Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna » Mateo 25:31-46 (LBLA – destacado nuestro)


1.2 El contexto inmediato de la responsabilidad

Este discurso respecto del juicio que se celebrará con la venida de Jesús, está inserto en el siguiente contexto.

Después de instruirles acerca de las señales de los tiempos, Jesús concluye en Mateo 24:44 con las siguientes palabras:

«Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre«. Mateo 24:44 (LBLA – destacado nuestro)

Jesús había dejado bien claro que NADIE sabe cuándo será su segunda venida. Por lo que su mensaje se reduce a que sus discípulos y seguidores ESTEN PREPARADOS todos los días.

Seguidamente Jesús cuenta TRES parábolas que al margen de sus diferentes significados y aplicaciones, tienen un denominador común. Éstas parábolas son:

1. Parábola del siervo fiel y del infiel (Mateo 24:45-51)
2. Parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13)
3. Parábola de los talentos (Mateo 25:14-30)

El denominador común está íntimamente relacionado con sus últimas palabra de advertencia, «estad preparados», y puede definirse en una palabra: RESPONSABILIDAD.

1. A. Es RESPONSABLE aquel siervo fiel que atiende a los integrantes y la casa de su señor.
1. B. Y es IRRESPONSABLE aquel siervo infiel que piensa que su señor se tarda y comienza a golpear a sus consiervos, comer y beber con los borrachos desatendiendo sus obligaciones.

2. A. Son RESPONSABLE las vírgenes que tomaron aceite extra consigo.
2. B. Son IRRESPONSABLES las vírgenes que no llevaron aceite extra consigo.

3. A. Son RESPONSABLE quienes utilizan e invierten sus talentos.
3. B. Son IRRESPONSABLES quienes no utilizan, ni invierten sus talentos.

Así, podemos concluir que las palabras «estad preparados«, de Jesús, son reforzadas con estas siguientes tres parábolas donde se invita a sus discípulos a reflexionar sobre la necesidad de la RESPONSABILIDAD del mandato divino, y/o deber del verdadero discipulado.

Después de estas palabras viene el texto de estudio propuesto por el autor de Escuela Sabática. Pero antes de pasar a su análisis final, quisiera que leamos las palabras de Jesús, justo después de hablar sobre el «juicio a las naciones«.

Inmediatamente después de este acontecimiento, en el capítulo 26, leemos lo siguiente:

«Cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado» Mateo 26:1-2 (LBLA- destacado nuestro)

RESUMEN: Por tanto, el contexto en el que se encuentran las palabras de Jesús sobre el «Juicio de las naciones», es el de su inminente crucifixión (final de su ministerio en la Tierra), donde necesita reforzar la idea esencial de que los discípulos estén «preparados» bajo un sentido pleno de responsabilidad del deber cristiano.

Comprendiendo esto, podemos volver al texto que nos propone el autor de Escuela Sabática y comprender el verdadero sentido de las palabras de Jesús.

1.3. Reflexiones finales sobre el texto en cuestión

Es posible hablar mucho sobre la relación de la justificación por fe de Pablo, y la justificación por obras de Santiago; sobre el concepto de «obras» en las Escrituras, y sobre la relación que ambas tienen para la salvación y/o santificación. Pero todo este análisis excedería en mucho el objetivo para este día de estudio, y del texto en cuestión.

Sin embargo, analizando el contexto, como hemos hecho, podemos llegar a conclusiones correctas sobre el sentido verdadero de las palabras de Jesús al galardonar con la heredad a los que atendieron a los necesitados, y a condenar a los que no lo han hecho.

Teniendo en mente las palabras «estar preparados» y «responsabilidad«, ¿Cómo puedes interpretar las palabras de Jesús?.

Cuando Jesús premia a quienes han atendido a los necesitados y castiga a quienes no lo hicieron, no está bajo ningún punto de vista premiando las «obras humanas» (esto no se desprende del texto, ni del contexto, ni de un estudio completo de las Escrituras). Jesús está premiando a aquellos que han estado «preparados» y que han actuado con «responsabilidad« frente al primer y segundo gran mandamiento del que dependen tanto la Ley como los profetas (Mateo 22:36-40)

«Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Y El le dijo: AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE.Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas » Mateo 22:36-40 (LBLA – destacado nuestro)

Jesús está premiando la FE (por perseverar en la creencia de que Jesús es el Hijo de Dios y salvador del Hombre, aún cuando aparentemente éste se demore en regresar), y está premiando el AMOR (es esa fe la que produce en el ser humano el motivo real y genuino de atender a los necesitados).

Tanto la FE como el AMOR son dones divinos (Filipenses 2:13).

1.4. Una reflexión final

«Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagrosY entonces les declararé: «Jamás os conocí; APARTAOS DE MI, LOS QUE PRACTICÁIS LA INIQUIDAD.» Mateo 7:22-23 (LBLA- destacado nuestro)

La manifestación externa de «caridad» o «atención» al necesitado, sólo puede ser juzgada por Jesús. Él es el único que puede ver en los actos externos de presunta bondad y amor, la verdadera motivación del ser humano. De aquí, que los discípulos no tienen por misión el sólo hecho de «atender a los necesitados», sino más bien de AMARLOS. Y esto, el AMOR o la falta del mismo, es lo que Jesús premia o castiga al final respectivamente.

2. PARA REFLEXIONAR

Lo expresado en el punto anterior es,

A. La gran comisión de todo cristiano (Día Lunes y Miércoles)
B. El verdadero evangelio que se debe predicar (Día Martes)
C. El «testimonio» de las obras de Jesús en nosotros (Día Jueves)

8. La experiencia del discipulado

In 2008 1er Trimestre on febrero 20 , 2008 at 12:02 pm

Versículos de estudio propuestos para esta semana: Mateo 17:1-13; 18:1-4, 24; Marcos 8:27-30; Juan 6:43-58


1. El pan de vida

Frente al siguiente pasaje bíblico, Juan 6:25-58, tenemos dos «inconvenientes».

1. No tiene sinóptico.
2. Dicho capítulo (Juan 6) es el único donde Jesús se presenta como el «pan de vida«.

Por otro lado, tenemos una ventaja. Dicho capítulo hace referencia a pasajes del Antiguo Testamento, de los que se puede desprender un paralelismo interpretativo.

Por tanto, debemos interpretar la idea basados prácticamente en dichos pasajes y su contexto (aunque nos ayudará un poco la relación del pan con el Antiguo Israel).

Veamos primero, qué nos dice el pasaje en cuestión.

1.1 Pasaje bíblico Juan 6:25-58

«Cuando le hallaron al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre os dará, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello. Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que El ha enviado. Le dijeron entonces: ¿Qué, pues, haces tú como señal para que veamos y te creamos? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: «LES DIO A COMER PAN DEL CIELO.» Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: no es Moisés el que os ha dado el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da vida al mundo. Entonces le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero ya os dije que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que El me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final. Por eso los judíos murmuraban de El, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo es que ahora dice: «Yo he descendido del cielo»? Respondió Jesús y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. Escrito está en los profetas: «Y TODOS SERAN ENSEÑADOS POR DIOS.» Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que viene de Dios, éste ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne. Los judíos entonces contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como el que vuestros padres comieron, y murieron; el que come este pan vivirá para siempre» Juan 6:25-58 (LBLA – destacado nuestro)

1.2 Una tabla sintética descriptiva del mensaje de Jesús

Hemos preferido esquematizar las ideas presentadas en este pasaje en una tabla comparativa que nos permita distinguir el claro paralelismo que Jesús presenta a la multitud de personas que lo siguieron y preguntaron por aquel «pan de vida» que Él podía ofrecerles.

Israel y el discipulado

1.3 Lo que sucedió aquel día, y porqué Jesús utiliza este paralelismo
Después de que Jesús realizó el milagro de la multiplicación de los panes y peces (Juan 6:1-15). Anocheció, y los descípulos bajaron con su barca cruzando el mar hacia Capernaúm (Juan 6:16-21). Al día siguiente la gente buscaba a Jesús (Juan 6:22.24). Cuando lo encontraron, Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre os dará, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello«. Juan 6:26-27 (LBLA – destacado nuestro)
Por este motivo Jesús presenta lo que nosotros hemos representado en la tabla de arriba. Una explicación clara de la diferencia entre los que buscan «saciarse terrenalmente» y los que buscan «saciarse espiritualmente«, junto con sus consecuencias.
Sin embargo, la enseñanza no queda aquí. Lo más importante es la respuesta que Jesús da a las siguientes preguntas:

» (…) ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?» Juan 6:28 (LBLA – destacado nuestro)

«(…) ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Juan 6:52 (LBL)

La respuesta de Jesús es clara, explícita y contundente:

«Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros» Juan 6:53

«Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que El ha enviado» Juan 6:29

1.4 Un claro y contundente resumen

Jesús es el verdadero pan del Cielo (enviado por el Padre) para que los seres humanos tengan vida. Pero dicha vida no es sólo hace referencia a la vida eterna de la resurrección (que hará el propio Jesús), sino también la permanencia en Él, hoy:

«El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él» Juan 6:56 (LBLA – destacado nuestro)

En definitiva, comer de su carne y beber de su sangre implica creer que Jesús (el hijo de José y María) era Cristo (el ungido), el Hijo de Dios. Creyendo en él se consigue la Vida (que implica permanecer en Él hoy, y la resurrección final para vida eterna). El mensaje de Juan puede sintetizarse en cuatro palabras: LA SALVACIÓN ES HOY.

2. Los niños y el discipulado (la razón del hombre y la fe de un niño)

Para comprender el pasaje de Mateo 18:1 disponemos de otros dos textos paralelos (sinópticos). Veamos que dicen cada uno de ellos y cómo nos ayudan a la interpretación bíblica del acontecimiento.

2.1 Los pasajes sinópticos sobre quién sería el mayor y el niño

MATEO 18:1-6
«
En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos? Y El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar» (LBLA – destacado nuestro)

MARCOS 9:33-37
«Y llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino? Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién de ellos era el mayor. Sentándose, llamó a los doce y les dijo*: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos. Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos les dijo: El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me envió» (LBLA – destacado nuestro)

LUCAS 9:46-48
«Y se suscitó una discusión entre ellos, sobre quién de ellos sería el mayor. Entonces Jesús, sabiendo lo que pensaban en sus corazones, tomó a un niño y lo puso a su lado, y les dijo: El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es grande» (LBLA – destacado nuestro)

2.2 El hecho completo y descriptivo

Llegando a Capernaúm, en la casa de Pedro (Mc 1.29), o quizá del propio Jesús (Mt 9.1) según Marcos, Jesús ve que sus discípulos están discutiendo y se acerca para preguntarles «¿Qué discutís por el camino?» (Marcos). Los discípulos se quedan en silencio (Marcos), pero Jesús sabía la pregunta que tenían en mente (Lucas), «¿Quién es, entonces, el mayor en el reino de los cielos?» (Mateo)

Para contestarles, Jesús primero llama a los doce, y luego llama a un niño (Marcos). Levantándolo en sus brazos (Marcos) y poniéndolo en medio de ellos les dijo que debían convertirse y hacerse como dicho niño (Mateo). A continuación explica a qué se refería con dicha expresión. Dice, contestando a la pregunta concreta que tenían en mente «cualquiera que se humille como este niño, ese será el mayor» (Mateo), «Si alguno desea ser el primero, será el último» (Marcos) y explicando lo siguiente «porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es grande» (Lucas).

También agregó que debían recibirlo (al niño) en su nombre (Mateo), dado que recibirlo en su nombre implicaba recibirlo a Él, y recibirlo a Él, implicaba recibir al Padre (Marcos). Además les advirtió el grave error de hacer tropezar a uno de ellos (Mateo).

2.3 El mensaje final

El mensaje es muy claro cuando contemplamos los sinópticos de esta manera.

A la pregunta de quién es el mayor en el reino de los cielos Jesús responde así:

1º. No debéis desear ser el primero, porque eso implica querer estar por encima de «los demás». ¿Puede acaso un ser humano creer que merece ser primero sobre un igual?. Evidentemente ser el primero no significa «llegar primero» (en una línea horizontal) sino más bien «estar más alto» (en una línea vertical). Este deseo es contrario al espíritu cristiano dado que supone una posición de PODER y/o de AUTORIDAD sobre un semejante. Dicho espíritu es el que mantuvo y mantienen actualmente los enemigos del cristianismo.

2º. Jesús llama a un niño y lo coloca «entre ellos». Es decir, lo mezcla como si fuera uno de ellos. ¡¿Podía Jesús haberlo hecho mejor?!. Jesús no está pretendiendo que sus discípulos se comporten de manera infantil (de hecho eso es lo que estaban haciendo con la absurda discusión que mantenían), sino que pretendía que comprendieran que de entre ellos hay cristianos HUMILDES que sirven a otros, y no buscan posición de poder. ¡Esos serán los primeros!.

La respuesta a la pregunta y la interpretación del niño «entre ellos» la da el propio Jesús en Mateo «cualquiera que se HUMILLE como este niño ése es el mayor en el reino de los cielos» (Mateo).

Es asombroso lo fácil que resulta comprender el evangelio cuando se lee con detenimiento. Hemos escuchado tantas interpretaciones sobre este hecho que a veces perdemos el centro del mensaje de lo que verdaderamente Jesús quería transmitir.

3. La transfiguración y un fracaso

En realidad lo que ocurrió en la transfiguración está unido a la explicación de la profecía de Malaquías 4.5-6 sobre la venida de Eías y su cumplimiento en la persona de Juan el Bautista. No analizaremos este pasaje porque poco o nada tiene que ver con la experiencia necesaria o imprescindible del discipulado (tema que estamos tratando).

Sin embargo, quizá quepa una pequeña reflezión. Cuando uno lee los sinópticos de la transfigugración (Mateo 17:1-8; Marcos 9:2-8 y Lucas 9:28-36). Descubre que frente a la milagrosa transfiguración de Jesús y la aparición de Moisés y Elías, Pedro reacciona diciendo lo primero que se le ocurre en su mente porque estaba aterrado (Marcos 9:6). Frente a esta reacción de Pedro, Dios le pide sencillamente que ESCUCHE a su Hijo (versículo 7). Jesús, Moisés y Elías estaban hablando sobre la partida de Jesús que El estaba a punto de cumplir en Jerusalén (Lucas 9:30-31). La VRV 95 dice que partida es un «término que parece incluir su muerte y su ascensión al cielo (Lc 24.50-53), y que recuerda el éxodo o salida de los israelitas de Egipto»

Quizá la reflexión como discípulos de Jesús radique en comprender que los milagros siempre tienen una función o una razón de ser. Los mismos no están para demostrar poder en sí mismo, sino que siempre responden a una NECESIDAD.

Como discípulos de Jesús debemos ESCUCHAR y estar atentos ante los pequeños o grandes milagros que ocurren en nuestras vidas y en nuestro alrededor. Seguro que con ello Jesús tiene algo importante que decirnos.

4. El discurso del monte de los olivos

Permitidnos aquí una digresión.

El autor de Escuela Sabática menciona un aspecto muy importante del discurso de Jesús. Dice:

«Por esto, debemos estar seguros de que nosotros mismos estamos firmemente fundados en lo que creemos y por qué lo creemos; y que, al traer nuevos miembros, el discipularlos debe incluir hacer que estos miembros nuevos estén alerta contra estos engaños» (3er párrafo, página 64)

Una cosa es importante. Jesús contrapone las señales al desconocimiento absoluto de su venida. Es decir, por más que un cristiano pueda concebir que la venida de Jesús está cerca, ésta cercanía resulta tan «lejana» como que el propio Jesús dice, no sólo que no sabremos el día de su venida, sino más explícitamente que VENDRÁ CUANDO NO LO PENSEMOS ASÍ.

«Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis» (Mateo 44).

Esta realidad nos lleva a considerar su consejo claro y contundente de su mensaje en el Sermón del Monte de los Olivos:

«Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo» Mateo 24:12-13 (LBLA – destacado nuestro)

«Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados» Mateo 24:22 (LBLA – destacado nuestros)

«Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene (…) Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre» Mateo 24:42, 44 (LBLA – destacado nuestro)

En consejo es:

A. Perseverar en el amor, es decir, no dejar que se enfríe (Mateo 24:22)
B. Por más esfuerzos que hagamos, si no fuera por la intervención divina NADIE se salvaría (Mateo 24:22). Es decir, a TODOS se nos enfriaría el AMOR.
C. Velar y estar preparados (Mateo 24:42,44)

¿Cuál crees que es la relación directa entre «velar» y/o «estar preparados» y el enfriamiento del amor?

Abre tu Biblia en Mateo 22:37-39

«Y El le dijo: AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO»

Sólo existe una forma de velad y permanecer en Cristo para que no se enfríe el amor: AMANDO por FE en JESÚS. Teniendo en cuenta que el Amor se fortalece con el conocimiento y la relación (de aquí la importancia del estudio de la Biblia y la relación directa con Jesús en nuestra intimidad más profunda).

5. Llevar la Cruz

Sobre «llevar la Cruz» leer el siguiente comentario:

https://escuelasabatica.wordpress.com/2008/01/02/1-un-panorama-del-discipulado/ (epígrafe 4, titulado «Miércoles: Los requisitos del discipulado«)

Jesús pidió varias veces que no se difundiera que Él era el Cristo sencillamente porque conocía los tiempos en los que las cosas debían suceder. Tenía una misión que cumplir, y cumplidos los plazos, dichos acontecimientos ocurrirían. Él sabía que la difusión de la verdad sobre su persona implicaría su muerte, por tanto la difusión debía hacerse de manera que dicha muerte no llegara ni antes ni después del tiempo establecido por Dios.