Reflexiones Cristianas

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10. El significado de su muerte

In 2008 2do Trimestre on junio 2 , 2008 at 1:55 pm

Esta semana ofrecemos un análisis complementario al de la lección de escuela sabática, por ello no seguiremos, como lo hacemos habitualmente, la temática diaria que propone el autor, aunque sí la temática global del significado de la muerte expiatoria de Cristo en la Cruz.

1. Nacido para salvar

Es cierto, las enseñanzas de Jesús son necesarias (Mateo 22:33; Romanos 15:3-5; 2 Juan 1:9) pero no suficientes (2 Timoteo 3:15; Marcos 10:21; Romanos 4; Hebreos 11). Jesús vino a salvar (Lucas 19:10; 1 Timoteo 1:15; 2 Timoteo 2:10), no a enseñarnos a salvarnos a nosotros mismos (Lucas 18.11; Tito 3:5). Tanto el nacimiento como el significado de su muerte y resurrección fueron profetizados y explicados mucho antes de que ocurrieran estos hechos (Mateo 1:22, Mateo 2:15,17,23; 4:14; 8:17; 12:17; 13:14,35; 21:4; 26:54,56; 27:9). Así como la muerte de Jesús partió en dos la historia, de la misma manera, su nacimiento partió en dos las Escrituras (Hebreos 9:13-15). Así como la historia comenzó una «nueva cuenta» desde cero, con la llega del Mesías y su muerte expiatoria, Dios cumplió en Jesús su promesa de restitución de la raza humana (Juan 3:16). Jesús se acercó a nosotros, para que nosotros podamos acercarnos a Dios nuevamente (Hebreos 10:19-20).

Jesús no nació para morir, sino para salvar (Mateo 1:21). La muerte fue, sencillamente, el único medio, necesario y suficiente, para materializar la razón de ser de su venida: la salvación de la humanidad.

2. Una muerte profetizada pero no incitada

Es cierto que la muerte de Jesús fue profetizada antes de su nacimiento (Mateo 1:22, Mateo 2:15,17,23; 4:14; 8:17; 12:17; 13:14,35; 21:4; 26:54,56; 27:9). Es cierto también, que Jesús debía morir como único medio suficiente y necesario para la expiación de los pecados humanos (Marcos 8:31; Mateo 16:21; Hebreos 9:16). Y también en cierto que Jesús supo cuando llegó «su hora» (Lucas 22:14-15).

Lo que no es cierto, es que Dios haya instado o predeterminado en los judíos la entrega (Lucas 22:2, 71), en los romanos la condena (Lucas 23:12), en los discípulos el abandono (Lucas 22:31-34) y el engaño (Lucas 22:3-4, 22), y en el pueblo la ejecución (Lucas 23:20-21, 23). No. Dios no ha predeterminado ninguna de las acciones o decisiones humanas en relación a la muerte de su Hijo.

Mientras que las afirmaciones del primer párrafo de este epígrafe son todas bíblicas, no existe ninguna referencia bíblica que pueda demostrar la predeterminación de los pensamientos o decisiones de las personas que rodearon la muerte de Jesús. Aunque humanamente se nos hace impensable o inconcebible la profecía incondicional (como era el caso de su muerte) sin predeterminación, debemos aceptar la verdad bíblica revelada como explicación suficiente para nosotros.

Debemos aceptar que Judas entregó a Jesús porque su corazón amaba el dinero, y porque dejó que Satanás se metiera en él, que gran parte de los judíos de influencia lo entregaron a roma porque significaba una amenaza para el status quo del sanedrín, que los líderes romanos (Pilatos y Herodes), que entonces estaban enemistados, se amigaron y lo entregaron al pueblo por no encontrar motivos para su condena, y que el pueblo decidió finalmente, y de manera democrática, la muerte de Jesús y la libertad de Barrabás. Todas y cada una de estas acciones y decisiones fueron tomadas por personas como tu y yo, en su libre albedrío y decisión personal e individual. Dios no instó, ni motivó, ni manipuló las decisiones y acciones de cada una de las personas que rodearon a Jesús en estos momentos trascendentes de la historia.

Por todo esto Jesús dirá, poco antes de morir:

«(…) Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos» Lucas 23:34 (LBLA – destacado nuestro)


3. ¿Qué ocurrió con la muerte?

Con su muerte Jesús cargó sobre sí los pecados de la humanidad (1 Pedro 2:24). Con su muerte se rasgó el velo del santuario terrenal judío (Mateo 27:51). Con su muerte se transformó en Señor de vivos y muertos (Romanos 14:9). Con su muerte ya no hay condena para los escogidos (Romanos 8:33-35). Con su muerte nos hizo suyos para vida eterna (2 Corintios 5:14). Y finalmente, con su muerte se daría lugar a una nueva prueba de fe para los que buscan salvación, a saber: su resurrección ( 1 Corintios 15:14; 1 Tesalonicenses 4:14). Tema que estudiaremos la semana próxima.

El significado de su muerte es sencillo. Aunque escapa a toda lógica humana, tiene una lógica bíblica que se percibe a través del don de la fe: El significado de su muerte eres tú.